Una operación conjunta de la Guardia Civil y los Carabinieri italianos ha permitido desmantelar en Italia una red que pretendía comercializar 30 toneladas de pescado presuntamente adulterado y potencialmente peligroso para la salud.

Según fuentes policiales, dos empresas italianas adquirían pescado congelado y lo enviaban a otra de Barcelona con la documentación de "producto congelado", donde era descongelado y remitido de nuevo a Italia.

Durante el trayecto desde Barcelona a la empresa italiana la documentación era sustituida por otra falsificada en la que constaba como producto fresco.

En la operación se han intervenido 1.600 kilos de un producto químico denominado Whitech-2, prohibido por las autoridades sanitarias italianas que era utilizado para resaltar la frescura y el brillo del pescado.

Además, a lo largo de la investigación, bautizada como 'Operación Pulpo V', se han intervenido en varias empresas de las localidades italianas de Arezzo y la Romagna 30 toneladas de pescado (calamares, sepias y pulpos, principalmente).

En concreto, una empresa de Arezzo, adquiría el pescado congelado a otra empresa ubicada en la Romagna y posteriormente lo enviaban a Barcelona, donde era descongelado.