La historia de la humanidad esconde episodios realmente dramáticos. La peste bubónica o 'muerte negra', por ejemplo, mató a la mitad de la población europea en el siglo XIV. La viruela ha llegado a matar a 300 millones de personas a lo largo de la historia, alcanzando su punto álgido en el siglo XVIII. Entre 1918 y 1920, la gripe española acabó con la vida de entre el 3% y el 6% de la población mundial. Es decir, entre 50 y 100 millones de personas en el planeta.

Pero ninguna de estas tragedias fueron las peores. Según el historiador medieval y arqueólogo Michael McCormick, el 536 fue el peor año de la historia. Él, junto a otros historiadores, publicó recientemente un estudio al respecto en la revista 'Antiquity'. "En Europa, el 536 fue el comienzo de uno de los peores periodos del ser humano, por no decir que fue el peor", explica McCormick a la revista 'Science'.

Según él, en 536 "una niebla misteriosa sumió a Europa, Oriente Medio y parte de Asia en la oscuridad, día y noche, durante 18 meses". El sol, cuenta McCormick, "emitió una luz sin brillo, como la luna, durante todo el año" según textos del historiador bizantino Procopio de Cesarea. El verano de 536 registró una caída de las temperaturas de 1,5 a 2,5 grados centígrados dando paso a la decada más fría de la humanidad en los últimos 2.300 años.

El clima sumió a la población mundial en la miseria. Las laderas de China se tiñeron de blanca nieve, las cosechas se perdieron también en Irlandia, Escandinavia y Mesopotamia mientras la hambruna se iba extendiendo sobre la humanidad. Después, en el 541, la peste bubónica atracó en el puerto egipcio de Pelusio y se llevó por delante a la mitad de la población del Imperio Romano del Este, lo que aceleró su colapso, según McCormick.

LOS SECRETOS DEL HIELO

El siglo VI ya era conocido por las desgracias y desastres naturales que sumieron a la población mundial en una 'época oscura'. Pero ha sido recientemente cuando se ha descubierto el origen de la niebla que cubrió el cielo de negro. Un equipo liderado por el mismo McCormick y el glaciólogo Paul Mayewski realizó un análisis 'ultrapreciso' de un glaciar suizo que les permitió recuperar pruebas que demostraban que, al principio del 536, una erupción volcánica masiva en Islandia escupió sus cenizas por todo el hemisferio norte.

En el 540 y el 547, se repitieron episodios volcánicos de gran tamaño que, combinados con las plagas que azotaban a la población, sumieron a Europa en un período de estancamiento económico hasta 640. Una prueba en el hielo muestra el resurgir de la minería de plata, un siglo más tarde de la erupción del volcán.

Según 'Science', los secretos que esconde el hielo permiten conocer los cambios en la sociedad y los fenómenos atmosféricos como grandes tormentas, erupciones volcánicas o contaminación por plomo al detalle analizando los meses o, incluso, semanas de hace 2.000 años, afirma el volcanólogo Andrei Kurbatov de la Universidad de Maine (Estados Unidos).

Más allá de los glaciares, también los árboles milenarios nos dan pistas de la historia que han presenciado. El análisis de los troncos y el hielo "nos da una nueva clase de registro para la comprensión del encadenamiento de las causas humanas y naturales que condujeron a la caída del Imperio romano -y las revoluciones más tempranas de esta nueva economía medieval", explica Kyle Harper, Decano e historiador medieval y romano en la Universidad de Oklahoma.

El equipo de la Universidad de Harvard, liderado por McCormick y Mayewski, sigue investigando para comprobar si esta explosión volcánica ocurrió verdaderamente en Islandia o en el norte de América, como tambien sugieren. Para confirmarlo, han iniciado una búsqueda de más partículas de este volcán en los lagos de Europa y Islandia que también permita explicar por qué motivo fue tan devastador.