La falta de precipitaciones y las elevadas temperaturas complican la extinción de una decena de incendios activos en el centro y el norte de Portugal, donde la situación ayer continuaba siendo «muy difícil», según explicaron a Efe fuentes de la Autoridad Nacional de Protección Civil (ANPC). Seis de los fuegos eran considerados «preocupantes», según la ANPC, que mantiene movilizados a cerca de 1.400 bomberos y seis aeronaves.

El más preocupante es el que afecta al municipio de Pampilhosa da Serra, en el centro del país, en el que están destinados más de 600 bomberos, dos aviones y un helicóptero. El fuego, que se inició en la noche del viernes y tiene cuatro frentes activos, está localizado en una zona de montaña, lo que está dificultando aun más la tarea de extinción. El incendio alcanzó el municipio vecino de Arganil y obligó a cortar tres carreteras y a evacuar varias aldeas.

ALVAIÁZERE / Otro gran incendio que preocupa está en la localidad de Alvaiázere, también en el centro de Portugal, donde están desplegados cerca de 250 bomberos para combatir las llamas, que se desataron durante la tarde del pasado sábado.

También siguen activos incendios en los municipios de Terras de Bouro (norte), Ribeira de Pena (norte) y Vila Nova de Paiva (centro). El fuego que afectaba a Mortágua, al norte de Coimbra, fue controlado a primera hora de la tarde de ayer. El Ejército portugués ha reforzado el combate a las llamas con dos centenares de militares, cinco decenas de vehículos y maquinaria.

Entre enero y septiembre de este año han ardido 215.988 hectáreas forestales en Portugal, lo que supone un 174% más que la media de los últimos diez años, según datos del Instituto de Conservación de la Naturaleza y los Bosques luso.

Además, el Gobierno portugués que lidera Antonio Costa ha prolongado hasta el 15 de octubre el periodo crítico de incendios forestales, que normalmente concluye el 30 de septiembre, ante la falta de precipitaciones y la consecuente sequía.