Las televisiones y los fotógrafos belgas, los únicos autorizados a entrar en la sala del juicio, se vieron ayer en la obligación de tapar la cara de Marc Dutroux, ya que la legislación del país permite al acusado negarse a ser filmado.

Tras negarse a su aparición en las imágenes de la vista, Dutroux siguió con desidia y desinterés el inicio del proceso, hasta el punto de que se adormeció durante la larga elección del jurado. El presidente del tribunal, Stephane Goux, fue quien se dio cuenta de la situación y llamó la atención a su abogado. "Su cliente se está durmiendo", dijo.

La actitud del presunto pederasta causó malestar en los padres de An Marchal, una de las jóvenes que fueron asesinadas. Su madre aseguró: "Me molestó mucho que se quedase dormido o fingiese estar durmiendo. Nunca ha tenido respeto por las niñas, pero ahora sí que debería tener respeto por los muertos".