La historia se repite. En 1996 fue José María Aznar quien tuvo por primera prueba el asunto de la inmigración al poco de asumir la presidencia. Aún recordamos aquel "había un problema y se ha resuelto" con que el flamante presidente despachó la expulsión de bastantes inmigrantes sin documentación, que fueron dopados y entregados a diferentes países previamente compensados.Ahora, es el socialista

José Luis Rodríguez Zapatero quien, también en el campo de la inmigración, afronta el primer problema. Su propuesta de pacto de Estado es una iniciativa que llevará tiempo. Es la sostenida por los políticos y agentes sociales que tienen sentido común, pero, entretanto se alcanza el acuerdo, la realidad se impone.La nueva tragedia de Fuerteventura urge la toma de decisiones eficaces para evitar que siga pereciendo en ese mar de la muerte gente inocente llena de esperanzas. El Estado debe poner medios para evitarlo; sabe cuáles. Gobernar es decidir.*Director de la revista La Factoría.