La cultura, la ciencia, la solidaridad y la educación fueron los protagonistas este viernes, un año más, del acto de entrega en Oviedo de los premios Princesa de Asturias, en los que Leonor de Borbón, hija mayor de Felipe VI, intervino, por primera vez como heredera, pronunciando un discurso oficial. "Gracias por trabajar para preservar la naturaleza y reducir las injusticias, la discriminación, la pobreza y la enfermedad. Estamos aquí para rendiros homenaje. Vuestras obras nos recuerdan que hay millones de personas que piensan y actúan para que el mundo sea mejor", dijo, en alusión a los premiados, la joven princesa, que presidió la gala acompañada por sus padres.

Su discurso estuvo plagado de guiños hacia Asturias y preñado de afirmaciones sobre su compromiso como heredera de la Corona, y el que hizo el Rey a continuación centrado en su hija, en sus obligaciones y su futuro, así como en lo que suponen los premios asturianos para el progreso social, orillaron cualquier otro mensaje político, informa el diario 'La Nueva España'.

En el turno de discursos de los premiados hubo tiempo para enardecidas defensas feministas, como la que hizo la premiada en la categoría de las Letras, Siri Hustvedt, y enseñanzas que trascienden fronteras, como las pronunciadas por Salman Khan, premio de Cooperación Internacional, o Sandra Myrna Díaz, premio de Investigación Científica y Técnica.

El tapiz de la vida

Díaz recibió, junto a su colega Joanne Chory, un premio que dijo tomar "como el que reciben todas las personas que estudian la naturaleza". "Una naturaleza que me gusta definir como el tapiz de la vida, del que formamos parte, que nos entreteje y nos atraviesa", dijo. Díaz alertó del peligro que se cierne sobre el medio ambiente "porque la aspiración de consumir y acumular siempre más avasalla el derecho universal de gozar de una relación plena con el tapiz de la vida". Proyectó un mensaje con el que huyó del desaliento aunque dijo que "el proceso de injusticia ambiental" está llegando a "una escala inédita". Su dedicatoria final fue para "todos los frágiles, de cuyo batallar depende hoy y dependerá en el futuro la persistencia del tapiz de la vida".

Tras explicar cómo surgió su proyecto educativo y cómo ha cambiado la vida de estudiantes sin posibilidades, como la niña afgana Sultana, hoy una prometedora investigadora, Salman Khan incidió en el mensaje de que la tecnología "puede usarse para hacer nuestras vidas más, y no menos humanas". Y pidió a todos que imaginen "un mundo en el que el papel del enseñante cambia de ser el de un conferenciante a ser el de una persona empoderada con información que le ayude a tener las mejores interacciones con sus alumnos; un mundo donde cada niño verdaderamente tenga acceso a una educación de calidad y gratuita", apeló.

El último galardonado que habló al público fue Javier Solana, presidente del Real Patronato del Museo del Prado, que describió el centro artístico madrileño como un "templo de la cultura universal".