El príncipe Felipe y la asturiana Letizia Ortiz escucharon ayer con regocijo cómo los niños de la escolanía de Covadonga le cantaban "cumpleaños feliz" acompañados, con más o menos fortuna, por las decenas de personas que se habían acercado al santuario. Felipe, con 36 años recién estrenados, aseguró que era "uno de los mejores cumpleaños" de su vida.

La pareja había llegado al santuario asturiano poco después de las 12.30 de la mañana, cumpliendo así con el deseo expresado el día de la petición de mano. El presidente del Principado, Vicente Alvarez Areces, y el arzobispo de Oviedo, Carlos Osoro, encabezaron a las autoridades que los recibieron. Con ellos caminaron hasta la reducida gruta donde, desde el siglo VIII, se venera a la Virgen de Covadonga, conocida popularmente en Asturias como la Santina. Allí, de pie, Felipe y Letizia se santiguaron, rezaron y besaron la medalla de Covadonga que les ofreció monseñor Osoro, el cual pidió a la Virgen que los ayudase en "su alta misión".

Tras la ceremonia, los novios se unieron a los abuelos de Letizia, Menchu Alvarez del Valle y José Luis Ortiz . Desde el balcón de la cueva, los prometidos saludaron a los curiosos que les esperaban en la explanada. Tras recorrer las escarpadas escaleras que muchos devotos suben de rodillas, cumplieron también con la tradición de arrojar una moneda al estanque, situado en la base de la cueva, para pedir un deseo. "Hemos pedido muchas cosas, pero eso queda entre nosotros y la Santina", dijo enigmático Felipe.

REGALOS CULINARIOS Tal vez como insinuación para que que practique en su futura vida de casado, los periodistas le regalaron dos libros de cocina, Sabores y saberes de las mujeres asturianas, y el El cocinero práctico , facsímil de un original de 1905.

Después, la pareja comió y compartió la tarta de cumpleaños con las autoridades asturianas en un restaurante de Cangas de Onís. Por la tarde pasearon por Oviedo y Letizia le enseñó su viejo colegio. Hoy tienen previsto almorzar con los abuelos de Letizia en Sardeu y, por la noche, ya en Madrid, es probable que celebren una fiesta en el chalet de un amigo con la participación de un cuadro flamenco.