El asesino en serie de sintecho de Barcelona esperará entre rejas el juicio por sus crímenes. El juzgado de Rubí que instruye este caso ha decretado este miércoles prisión preventiva sin fianza para Thiago F. L., de nacionalidad brasileña y 35 años de edad, arrestado la madrugada del pasado martes.

Judicialmente el sospechoso está siendo investigado por tres de las cuatro muertes de indigentes. Las tres últimas. Los Mossos d'Esquadra siguen tratando de resolver lo sucedido el 19 de marzo y, según ha explicado el intendente Ramon Chacón, subjefe de la División de Investigación Criminal (DIC), subraya que esperan reunir indicios que acaben relacionando también a esta víctima hallada en el cruce de la calle de Sardenya con Aragón con este homicida.

Durante el mes y medio que Barcelona ha estado ceñida al confinamiento decretado por el estado de alarma cinco personas sin hogar que pernoctaban al raso han sufrido muertes violentas. Tres han sido, presuntamente, obra del autor ya arrestado. La del 19 e marzo todavía está bajo instrucción policial sin sospechoso claro. Y la quinta en discordia es el fallecimiento de un sintecho que apareció calcinado en una barraca ubicada cerca del Tibidabo, en el distrito de Horta. La existencia de un camping gas dio pie desde el inicio a considerar la hipótesis de que se tratara de una muerte de origen accidental. Es decir, que prendiera fuego sin querer a su cabaña y muriera intoxicado por el humo y abrasado por las llamas. Parece que así ocurrió. Aunque los Mossos todavía no dan el caso por concluido.

LAS TRES MUERTES CONSOLIDADAS

Sobre Thiago F. L. recaen indicios sólidos de que es autor de, al menos, tres de estas cinco muertes de indigentes sucedidas las noches del 16 de abril, 18 de abril y 27 de abril. Tres víctimas identificadas que dormían en las calles de Lepant junto al Auditorio, Casp junto al teatro Tívoli y Sardenya en su cruce con la de Rosselló.

La víctima del 16 de abril, cuyas iniciales son I. A., fue atacado con una barra de hierro. Diversas cámaras de seguridad observaron de forma clara al autor, un hombre vestido "con pantalón largo negro y encima uno gris corto, un elemento tapabocas, un chaleco reflectante naranja colgando de una mochila, gorra del F.C. Barcelona y gafas de sol".

El 18 de abril, J.R.B.G., fue brutalmente golpeado con un palo de 70 centímetros mientras dormía. El autor, que estrajo la barra de su mochila, fue captado de nuevo por cámaras de seguridad, vestía "gorra, mochila oscura, pantalones y chaqueta oscuros y un pañuelo en el cuello". Se deshizo del arma homicida en el lugar de los hechos.

El 27 de abril murió asesinado J.P.H., de 32 años y nacionalidad francesa, la última víctima. Dos vecinos se cruzaron esa noche con el homicida cinco minutos antes del ataque. Lo vieron "con un objeto contundente en la mano y actitud agresiva". Los dos testimonios se asustaron y se metieron en su portal. Por el balcón vieron a J.P.H., un sintecho al que reconocieron porque llevaba varios días pernoctando al raso frente a una peluquería inmóvil y sangrando. Llamaron al 112.

El juez en su auto subraya que el asesino atacó a las tres víctimas "de manera sorpresiva y violenta", sin que estas pudieran defenderse dado que en las autopsias practicadas no han aparecido signos que indiquen gestos de defensa. En los tres casos, además, el sospechoso utilizó objetos contundentes: una barra de hierro en dos ocasiones y un palo en el tercero.

LA NOCHE DE LA DETENCIÓN

Pocas horas antes de cometer el último crimen, el sospechoso cogió los Ferrocarriles en Sant Cugat, municipio en el que residía en una caravana, para dirigirse a Barcelona. Coincidió en ese tren con un agente de los Mossos fuera de servicio a quien acabó llamando la atención por su actitud "errática". Las cámaras de este tren muestran también como el acusado baja en la parada de Vallvidrera para coger el palo metálico. El presunto asesino baja en la estación de Paseo de Gracia y el agente lo pierde de vista. Poco después, comete su último asesinato. Huye del lugar a pie hasta la plaza de Cataluña. Durante ese trayecto es detectado por agentes activados por el aviso que dan los dos ciudadanos que han presenciado los hechos. Los policías lo siguen incluso cuando coge el bus nocturno para regresar a Sant Cugat. Ya en esta población, de camino en la que caravana que residía tras ser repudiado por varias casas okupas, es detenido.

El registro de la caravana los investigadores hallaron ropa que lo vincula directamente con los crímenes. Dos prendas en concreto aparecen en todas las imágenes captadas: una gorra roja del F.C.Barcelona y unos guantes negros sin dedos. Ambas piezas estaban en el interior del vehículo.

El detenido, en su declaración, no dio explicación razonable de lo sucedido limitándose a negar los hechos pero no dando razón de su indiciaria presencia en los lugares de los respectivos hechos.