Como hizo el sábado con Gabriel S., su pareja y el padre de sus hijos, el titular del juzgado de Instrucción 4 de Paterna, decretó ayer el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza de la madre de los dos menores cuyos cadáveres fueron localizados el pasado jueves en los alrededores de la casa en la que vivían en la localidad valenciana de Godella. Al igual que al padre de las víctimas, a ella también le imputa un delito de doble asesinato.

El juez tomó esta decisión tras desplazarse a mitad mañana al Hospital de Liria, en cuya unidad de psiquiatría estaba ingresada la mujer desde el pasado viernes ante las sospechas de que podía padecer algún tipo de enfermedad mental o desequilibrio. Allí le tomó declaración acompañado del fiscal y de su abogada defensora, pero la investigada se negó a contestar a sus preguntas en un caso que, por el momento y dada su excepcionalidad, sigue bajo secreto de sumario.

Media hora después de haber llegado, el juez abandonó el recinto y al poco rato se hizo pública su decisión de enviar a la mujer a prisión provisional comunicada pero ineludible. Una patrulla de la Guardia Civil la trasladó poco después a la prisión de Picassent, en cuya clínica quedó ingresada.

A partir de ahora, y según los informes médicos y de su evolución dentro de la cárcel, dependerá de Instituciones Penitenciarias y del Juez de Vigilancia Penitenciaria dónde tenga que seguir internada la mujer de 28 años de edad. Un primer examen determinó que pudo sufrir un brote esquizofrénico la noche del miércoles al jueves, en la que según la conclusión inicial de la autopsia, sus hijos fueron asesinados a golpes.

Después de varias horas de interrogatorio llenos de excentricidades y desvaríos, fue la propia mujer la que condujo a los agentes a las fosas en las que estaban enterrados los cuerpos de sus hijos, momento tras el cual pasó a ser detenida.

La casa en la que vivía ilegalmente la familia tenía una caseta medio derruida con una pintada que dice Vais a moror todiz, de la que en las últimas horas se ha conocido una nueva versión en las redes.

Una tuitera aseguró que la frase era parte del decorado de un cortometraje, con el nombre El asesino disléxico, que habría grabado en ese escenario junto a unas amigas hace cinco años. Tras el revuelo que ha levantado este caso, así se lo comunicaron a la Policía Local de Godella cuando vieron la fotografía en los medios de comunicación.