Con una dolencia en el pulmón izquierdo que le impide respirar con normalidad, Teresa Romero, de 44 años, sigue evolucionando positivamente al tratamiento que está recibiendo en el Hospital Carlos III de Madrid para luchar contra el virus del ébola, del que se contagió cuando entró a trabajar en la misma habitación en la que ahora está ingresada, la del misionero Manuel García Viejo, fallecido el pasado 26 de septiembre. El suero experimental con el que la están tratando desde el jueves le está sentando de maravilla, según fuentes hospitalarias. Si el viernes por la tarde charló con la médico internista de La Paz cuando entró a visitarla, ayer volvió a hacerlo con los técnicos de enfermería que por la mañana accedieron a la habitación número ocho a tomarle la temperatura y a asearla.

Romero ha estado consciente en todo momento, desde que ingresó con fiebre, vómitos y diarrea el lunes pasado, procedente de un box del Hospital de Alcorcón. El miércoles por la noche, sufrió una crisis respiratoria, con complicaciones en el pulmón izquierdo, y el equipo médico que la atiende decidió probar con un nuevo fármaco. Desde el jueves, le suministran el ZMab, un combinado de tres anticuerpos, que en un experimento -publicado en el 2012 en la revista Nature- consiguió curar sin efectos secundarios a cuatro monos expuestos a la cepa Zaire del ébola, la más mortífera en humanos.

El equipo médico que atiende a la auxiliar de enfermería solicitó poder contar con este fármaco, que se ha importado desde Bélgica a través de la Agencia Española del Medicamento y lo fabrica la misma compañía norteamericana que descubrió el ZMapp, otro suero experimental del que se han agotado las existencias en todo el mundo.

A Teresa Romero además se le suministra el denominado suero convaleciente, anticuerpos generados por un enfermo que ya ha superado la infección. Además se le suministran antitérmicos para controlar la fiebre.

El equipo médico que la trata, con especialistas del Carlos III y de La Paz, están muy esperanzados. La paciente se contagió hace 15 días, teniendo en cuenta que entró a recoger la habitación del misionero García Viejo tras su fallecimiento, el 26 de septiembre. Los especialistas consideran que la mujer está en estos momentos a punto de cruzar el umbral de tiempo tras el que hay muchas posibilidades de sanar. Según fuentes hospitalarias, una de las claves en este caso ha sido la edad de la paciente, 44 años, que esta se encontraba en buen estado de salud y que su carga viral siempre ha sido baja y ha ido disminuyendo con los diferentes tratamientos que se le han ido suministrando.

El resto de los pacientes ingresados en el hospital Carlos III, destinado ya exclusivamente para el control del virus del ébola, evolucionan favorablemente. Permanecen aislados y ninguno tiene síntomas. Todas las pruebas de ébola que se están realizando salen negativas.