Las pseudoterapias son un grave problema de salud pública que causa miles de muertes al año en España. Así lo asegura un informe elaborado por la Asociación para Proteger al Enfermo de las Terapias Pseudocientíficas (APETP), una organización compuesta por afectados, médicos e investigadores con el objetivo de luchar contra la desinformación y las estafas sanitarias. El estudio reconoce que la cifra es una estimación, calculada por extrapolación. No hay estadísticas oficiales y el informe de la APETP pretende ser, pues, un punto de partida. Según sus cálculos, el número de víctimas mortales anuales en España por las llamadas terapias alternativas o complementarias -que van desde la homeopatía hasta la bioneuroemoción o la medicina germánica- oscila entre 1.210 y 1.460.

El Gobierno, precisamente, está en plena guerra sin cuartel contra las terapias no basadas en la evidencia científica. Con el objetivo de “proteger la salud” de los ciudadanos, los ministerios de Sanidad y Ciencia presentaron en noviembre un plan que, al menos en teoría, es muy ambicioso y contiene tentáculos legales. Cuando sea una realidad, ningún centro sanitario público ni privado podrá ofertar terapias que no estén científicamente comprobadas (el reiki y la acupuntura, por ejemplo, aunque el listado oficial incluye más de cien). El Gobierno perseguirá la publicidad engañosa (productos que se promocionan como sanadores cuando no lo son) y se compromete a lanzar campañas de información para que a los ciudadanos les quede muy claro qué es ciencia y qué no lo es.

RIESGOS PARA EL PACIENTE

El informe de la APETP destaca que los pacientes corren diversos riesgos. Uno de ellos es el económico porque las terapias alternativas acostumbran a ser más caras que la medicina real, basada en la evidencia científica. Más peligroso que la estafa económica es el hecho de que las pseudoterapias -especialmente en las enfermedades más graves, como el cáncer- no son inocuas porque pueden llevar al paciente a retrasar o abandonar el tratamiento médico científico, por ejemplo, la quimioterapia. También puede ser que causen “daño directo”. Según datos de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), al menos un 5% de la población reconoce haber sustituido un tratamiento real por una pseudoterapia.

El estudio de la APETP reconoce que el origen del problema está en que miles de centros en España -unos 18.000- ofrecen pseudoterapias incluso a pacientes oncológicos y con otras enfermedades graves. la Organización Médica Colegial ha puesto en marcha un observatorio contra las pseudociencias y el intruismo, pero a pesar de ello muchos colegios no están sancionado a los médicos que incumplen el código deontlógico. Especialmente grave es la situación de los colegios de Madrid y Valencia, donde se tiene constancia de que más de 60 colegiados ofrecen pseudoterapias peligrosas. En la mayoría de las farmacias, además, se pueden comprar productos homeopáticos y en las universidades, aunque ha habido una retirada paulatina de títulos, se siguen impartiendo muchos cursos de pseudoterapias.