El hombre más rico de Rusia, Alisher Usmánov, propietario del hólding metalúrgico y de las comunicaciones USM y principal accionista del club de fútbol Arsenal, ha comprado en una subasta la medalla del Premio Nobel que ganó en 1962 el biólogo estadounidense James Watson con el objetivo, según ha asegurado, de devolvérsela. Usmánov pagó 4,75 millones de dólares, unos 3,8 millones de euros, el doble de lo que se había previsto que ascendería la puja.

Watson, de 86 años, célebre por ser el descubridor junto a Francis Crick de la estructura del ADN, considerado uno de los hallazgos capitales de la ciencia del siglo XX, aseguró al Financial Times que había decidido subastar la medalla debido a las dificultades financieras en que se encuentra y para destinar las ganancias a diversos proyectos de investigación. Watson anunció que parte de los ingresos irían concretamente a las universidades de Chicago y Cambridge, al Cold Spring Harbor Laboratory y al Long Island Land Trust.

Y el manuscrito

En un hecho insólito en la historia de los premios, la medalla Nobel

-una pieza en oro de 23 quilates y 6,6 centímetros de diámetro- salió a subasta en la casa neoyorquina Christie's el pasado día 4 junto al discurso manuscrito que el propio Watson pronunció en Estocolmo al recibir el Nobel. El nombre del comprador se había mantenido en secreto hasta ahora.

La medalla de Crick -compañero en las investigaciones sobre el ADN junto a Maurice Wilkins y Rosalind Franklin- se subastó el año pasado por 1,77 millones de euros, aunque el físico británico había fallecido con anterioridad, en el 2004.

«El comprador del registro del lote, Alisher Usmánov, compró la medalla para entregarla a su titular», subrayó USM en un comunicado. La fortuna de Usmánov se estima en 18.600 millones de dólares, según la revista Forbes. El filántropo ruso de origen uzbeko, de 61 años, asegura que quiere rendir homenaje a la labor de la ciencia. «Su trabajo [de Watson] ha contribuido a la investigación

contra el cáncer, la enfermedad de la que murió mi padre. Para mí es importante que el dinero que gasté en esta medalla beneficie a la investigación científica. La medalla volverá a manos de quien la merece».

La fecunda carrera de Watson, tanto de investigador como de gestor científico, se había visto empañada en los últimos años por varias declaraciones y proyectos polémicos. En el 2007 fue muy criticado por unos comentarios realizados al Sunday Times en los que sostenía que los africanos eran menos inteligentes y que ello había dificultado el progreso de África. Aunque luego matizó sus palabras, la controversia fue tal que hubo de dejar varias juntas directivas de las que era miembro. De hecho, The New York Times considera que lo que Watson ha pretendido ahora con la subasta no es tanto el dinero como una rehabilitación pública.