Un asesinato machista a la semana, más de 61 muertas cada año. España ha registrado mil crímenes contra las mujeres entre enero de 2003 y abril de 2019, según el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género. El 60,5 % aún vivía con su agresor y solo el 26,1% había denunciado.

Este organismo ha publicado un informe que analiza dieciséis años y cuatro meses de esta lacra social: la cifra de muertas aumenta hasta 68,3 en la primera parte del periodo (entre 2003 a 2010) y cae hasta 54,4 en la segunda mitad. El año más trágico fue 2008, con 76 casos, y el año con menos crímenes machistas fue 2016, con 49.

El perfil de la víctima

La edad media de las víctimas fue de 42,2 años. En concreto, algo más de la mitad (538) tenían entre 26 y 45 años.

La mayoría de las mujeres asesinadas (655 en total) eran españolas.

El informe también señala que la maternidad eleva el riesgo, ya que tres de cada cuatro mujeres asesinadas eran madres (y en la mitad de los casos de menores). Las mil asesinadas dejaron huérfanos a 765 menores, de los que 499 eran hijos del agresor.

Convivir y no denunciar, dos peligros

La convivencia con el agresor es otro de los factores que aumentan el riesgo: el 60,5% mantenía la convivencia en el momento del crimen, un porcentaje que aumenta hasta el 65% en la segunda mitad del periodo analizado. En 100 casos, se compartía techo pese a la existencia de denuncia previa y en 29 pese a estar activa alguna medida de protección.

Poco más de la cuarta parte de las asesinadas (261) había denunciado a su agresor y el porcentaje con denuncia previa oscila entre el 15,8 % de 2005 y el 34,5 % registrado en 2014.

En más de la mitad de esos casos (58 %), el agresor vulneró el alejamiento accediendo al domicilio de la víctima y en el 21,8 % fue en un espacio público.

Las características más comunes que presentaron los agresores muestran a un varón con una edad media de 46,3 años y nacionalidad española en el 66,4% de los casos.