Después de emoticono, punto final (o aparte). Las incorrecciones en los memes tienen una muy efectiva función humorística y de transgresión, y en ese contexto, bien están. Del todos y todas y el tod@s, por ejemplo, ni hablar. Estas son algunas de las normas de uso del castellano sobre las que la Real Academia Española (RAE) se pronuncia el Libro de estilo de la lengua española según la norma panhispánica, que ayer presentó y del que Espasa ha publicado 10.000 ejemplares. Porque si bien la casa se ha pronunciado sobre estos y otros temas en su Diccionario, en su Gramática y en su Ortografía, de lo que se trata ahora es de brindar al hablante un manual de uso de la lengua en forma de «píldoras de cuestiones gramaticales y ortográficas», en palabras del coordinador de la obra, Víctor García de la Concha.

El jueves, la RAE finalizará la lectura en el pleno del informe sobre el uso del género en la Constitución Española y la oportunidad de incluir el llamado lenguaje inclusivo que le encargó la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Igualdad Carmen Calvo, aunque no lo debatirá y votará hasta sus sesiones semanales del mes de diciembre. Según el director de la institución, Darío Villanueva, «no va a haber sorpresas» en el informe ya que en este aspecto está clara «la doctrina del español». Así que el informe se ceñirá, obviamente, a lo que establece de nuevo el Libro de Estilo, que recuerda, de nuevo, que «en español, el género masculino, por ser el no marcado, puede abarcar el femenino en ciertos contextos» y «no hay razón para pensar que este género gramatical excluye a las mujeres en tales situaciones».

García de la Concha vino a decir lo mismo pero en lenguaje menos inclusivo: la cuestión del género es ahora «recurrente» debido al «auge de la visibilización de la mujer» y del «feminismo», pero esto no quita que en castellano «es el masculino el término que tiene todo». Además de proscribir las formas desdobladas en masculino y femenino, el libro de estilo también considera que la utilización de caracteres comodín para expresar un género neutro, como la @, contraviene las reglas tanto gramaticales como gráficas de la lengua.

El libro de estilo plantea que entre emoticono y emoticono no se debe escribir coma, pero sí un espacio, y también un punto después de ese símbolo si está al final de la frase (pero no si el mensaje solo contiene un emoticono). Los usuarios de guasap ven que un mensaje que acaba en punto le confiere un tono antipático.