Las decenas de voluntarios de El Campillo (Huelva) y los pueblos limítrofes que este domingo habían retomado las labores de rastreo para averiguar el paradero de Laura Luelmo, la joven maestra de 26 años oriunda de Zamora a quien se perdió la pista cuando salió a correr el pasado miércoles, se han retirado ya de la búsqueda. La Guardia Civil y otros profesionales de los servicios de emergencias siguen sobre el terreno donde se mantiene la esperanza de encontrarla aún con vida, pese a que las posibilidades en este tipo de desapariciones disminuyen con el paso de las horas. De momento, las líneas de investigación se centran en un accidente o una desaparición forzada, pero fuentes policiales confirman que aún "no hay sospechosos concretos".

La Guardia Civil ha ampliado el perímetro de búsqueda en varios kilómetros, ya que los repetidores de telefonía situaban el móvil de la chica aún operativo a las 20 horas del pasado miércoles a nueve kilómetros del pueblo. Según ha detallado el mando al frente del dispositivo, el coronel Ezequiel Romero, al ser una zona montañosa "la probabilidad de localizar exactamente dónde estaba es un poco menor". Por este motivo, esta mañana el rastreo ya no se realiza a pie o en bici, sino con motocicletas y vehículos todoterreno de los vecinos voluntarios.

Motoristas voluntarios recorren la sierra en busca de la profesora desaparecida en el Campillo (Huelva) Laura Luelmo / JULIÁN PÉREZ (EFE)

BULOS EN REDES SOCIALES

El mando policial ha reconocido que no hay "una línea clara de investigación" y que todas las hipótesis se mantienen abiertas, aunque se centran en dos opciones: un accidente o la retención ilegal por parte de una segunda persona. No obstante, en este sentido, el coronel del instituto armado ha tratado de zanjar los rumores que corren por El Campillo e incluso en las redes sociales, que apuntan a la implicación de un hombre condenado ya por homicidio y que sería vecino de Laura. "No tenemos a nadie en concreto que sea sospechoso número 1", dijo, "pero sí sabemos que se están diciendo muchas cosas en las redes sociales que son falsas".

En este sentido, el responsable del dispositivo insistió en que la prioridad es "encontrar el cuerpo de Laura". Una afirmación que deja claro que las perspectivas de localizarla aún con vida son cada vez más exiguas dado que la joven lleva más de 80 horas desaparecida. No obstante, trató de mantenerse optimista y aseguró que "todavía hay esperanza de encontrarla viva, que haya sufrido un accidente y esté en algún sitio refugiada". "Ojalá sea así", manifestó.

Un equipo de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil desplazado desde Madrid ya se encuentra trabajando en la zona desde este sábado, y se suma al resto de unidades de las distintas especialidades que participan en el rastreo de la zona, como agentes del Seprona, del grupo de actividades subacuáticas (GEAS), agentes forestales o miembros de Protección Civil.

Hasta el lugar también han acudido perros especializados en seguir el rastro de personas de las bases de Cádiz y Santiponce (Sevilla). A los voluntarios se ha incorporado además una asociación de cazadores que iba a realizar una montería este domingo y la han suspendido para participar en la búsqueda. "Nuestra labor es coordinarlos a todos para que ninguna zona quede sin mirar y que recojan cualquier cosa que puedan ver en ese trayecto", indicaron fuentes policiales, "nuestras unidades, mientras, siguen analizando cualquier vestigio que pueda dar luz para averiguar su paradero".

La joven, de 26 años, llegó a El Campillo apenas un par de días antes de su desaparición, según han detallado compañeros suyos en el instituto de educación secundaria del cercano municipio de Nerva, donde desde el día 4 de este mes estaba haciendo una sustitución de una compañera de baja. Los primeros días se instaló en un alojamiento de Nerva, pero, desde el día 10 vivía en la casa de otra maestra en El Campillo. El pasado miércoles, al terminar las clases, decidió salir a practicar algo de deporte por las afueras del pueblo, según le contó a su pareja por teléfono móvil.

Eran las 16 horas, y a partir de ese momento, se le pierde la pista. Sus padres pusieron la denuncia el jueves al no saber nada de ella. En su domicilio, que permanece precintado, solo se echó en falta la ropa deportiva, el teléfono, las llaves y un pequeño monedero.