Los incendios activos en cuatro grandes focos en la Ribera del Ebro (Tarragona), Almorox (Toledo) y Cenicientos (Madrid), la ciudad de Toledo y Gavilanes y El Arenal, en Ávila, han quemado ya más de 10.000 hectáreas, según las estimaciones provisionales de los dispositivos contraincendios.

El incendio de la Ribera del Ebro, que comenzó en la tarde del miércoles, estaba ayer ya perimetrado tras afectar a unas 6.000 hectáreas los bomberos consiguieron estabilizarlo, en tanto que entre los dos grandes fuegos originados en Toledo -uno de ellos, el de Almorox, afecta también a territorio madrileño- han ardido ya alrededor de 3.600 hectáreas.

Unas 1.600 de ellas han sido calcinadas en el frente, por ahora solo perimetrado, a las afueras de la capital toledana, mientras que en el segundo caso, el originado en Almorox que se extendió a la Comunidad de Madrid, han ardido alrededor de 2.000, 1.300 de ellas en la región madrileña, donde tuvieron que ser desalojados 400 vecinos de la localidad de Cadalso de los Vidrios.

Por último, el foco iniciado el viernes cerca del municipio abulense de Gavilanes continuaba ayer activo y se prevé que quemará más de 500 hectáreas de pinar repoblado, principalmente. Este último caso cobró mayor peligro en las últimas horas de ayer -pasó del nivel 1 al 2- debido al inicio de otro foco próximo en la localidad de El Arenal, lo que motivó que la Junta de Castilla y León solicitase la presencia de la Unidad Militar de Emergencias (UME).

En el caso del fuego más grave, el de la comarca tarraconense de la Ribera d’Ebre, quedó estabilizado sobre las 21.53 horas de la noche. Con el fuego controlado y una prevista extinción entre la noche pasada y las primeras horas de hoy, los alcaldes de la Ribera del Ebro tarraconense ya empiezan a pensar en el día después. Las autoridades se reunieron ayer por la mañana con el conseller de Interior, Miquel Buch, para declarar la zona catastrófica. La alcaldesa de Vinebre, Gemma Carim, subrayó que el Govern y los representantes de los municipios están «alineados» y que «se hará todo lo que se pueda en beneficio de los afectados».

OLIVOS Y ALMENDROS

Las autoridades se reunirán el próximo martes, adelantó la alcaldesa de Vinebre, quien se puso al servicio de todos los afectados, principalmente propietarios de terrenos de olivos y almendros calcinados por el fuego. En esta misma línea, el alcalde de Flix, Francesc Barbero, reconoció que todavía no han tenido tiempo para hacer «una evaluación detallada de los daños» pero entiende que serán cuantiosos, por lo que han iniciado los contactos necesarios para solicitar «ayudas públicas». «Nos gustaría que no fuera necesario -continuó Barbero-, pero las primeras impresiones son suficientemente malas como para plantearnos este escenario de ayudas públicas o cualquier programa que nos ayude a enderezar la situación en los próximos meses y años».

Flix, con 4.000 de las 6.000 hectáreas quemadas, es la población más castigada por el fuego y toca hacer autocrítica, por el estado y las actividades que se desarrollaban en esos terrenos. «El reto ahora es levantar Flix, rebrotar y plantear nuevas oportunidades y sinergias agroforestales, y que no se repita en un futuro», dijo el alcalde, quien destacó la solidaridad de un pueblo que ha respondido a las diferentes colectas de alimentos y productos de primera necesidad para el medio centenar de alojados en un colegio de primaria.

Muchos vecinos de Flix todavía no han podido entrar en sus fincas o granjas. Su alcalde entiende la preocupación de los afectados que «quieren saber cómo están sus propiedades». En este sentido, el responsable de Protecció Civil de Tierres del Ebro, Miquel Alonso, explicó que entre hoy y mañana, siempre y cuando los Bombers den permiso, accederán a las fincas para hacer fotografías que podrán ver sus propietarios.

El cuarto día de incendio supuso «mucho desgaste físico» para los equipos de extinción, según palabras del inspector Antoni Ramos. Una veintena de bomberos tuvieron que ser atendidos, dos de los cuales incluso fueron hospitalizados con carácter leve y ya han sido dados de alta.

EN TOLEDO, FUEGO VIVO

Por su parte, el incendio que se declaró el viernes a las afueras de Toledo «está vivo y aún hay riesgo», en palabras del delegado de la Junta, Javier Nicolás. Trabajan en la zona efectivos de la Guardia Civil, Policía Nacional, Bomberos y la Unidad Militar de Emergencias, que se incorporó anoche, junto a personal del Infocam, de la Junta de Castilla-La Mancha. Nueve medios aéreos y trece terrestres, más otros ocho de la UME que ha trasladado cinco máquinas pesadas, y en torno a 150 personas trabajan en la extinción.

Además de estos incendios, la ola de calor ha disparado los fuegos forestales en Castilla-La Mancha, donde se ha contabilizado una veintena desde el jueves, aunque solo se mantienen activos el de Toledo y el de Almorox.

También ha habido otros incendios de menor envergadura pero que han quemado, como en el caso de Elche, miles de palmeras, o de matorral, bosque de ribera y pinar en cinco hectáreas en Cieza (Murcia).