A sus 49 años, Dener Giovanini no dudó en jugarse a una sola carta todo el prestigio ganado en casi dos décadas de carrera. Conocido en Brasil por sus documentales contra el tráfico de animales y su participación en programas televisivos, el director recibió en el 2003 el premio UNEP-Sasakawa de manos del entonces secretario general de la ONU, Kofi Annan. Pero su currículo de lujo no podía completarse sin abordar, como jamás se había hecho antes, la hipocresía oculta tras el discurso homófobo de los líderes religiosos de su país. "Siempre quise denunciar la persecución de los gais por parte de la Iglesia católica. Lo que no pude imaginar jamás es que el documental acabaría extendiéndose a 36 países y a todas las ramas del cristianismo", confiesa a EL PERIÓDICO.

La magnitud de su última obra es tal que Giovanini no ha parado de recibir amenazas. "Sé que podría convertirme en persona non grata en los grandes medios de Brasil", admite el documentalista, que llegó a plantearse abandonar el proyecto después de que un anónimo amenazase de muerte a toda su familia. "Hace unas semanas vimos una masacre en una discoteca de Orlando. Pese al miedo, me demostró que estoy en el camino correcto y que es urgente evitar más desgracias", concluye Giovanini.