En materia de reciclaje de envases, existen dos fórmulas. La actual, basada en la recogida selectiva a través de contenedores situados en la calle, y el llamado Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR) para envases de un solo uso, que algunas comunidades están considerando implantar. Respecto a cuál de las dos es más eficaz, un estudio publicado recientemente por la Escuela Superior de Comercio Internacional de la Universidad Pompeu Fabra (ESCI-UPF) lo deja bastante claro: la introducción del SDDR comportaría un incremento en el impacto ambiental, ya que conlleva procesos más contaminantes, supondría un mayor coste económico y tendría un impacto social relevante.

Estás son las conclusiones del informe ‘Sostenibilidad sobre la introducción de un SDDR obligatorio para envases: análisis ambiental, social y económico comparativo con la situación actual’, elaborado por la Cátedra Unesco de Ciclo de Vida y Cambio Climático de ESCI-UPF. En él, no se equiparan los dos sistemas de forma aislada, sino que se compara el método actual con una situación hipotética en la que convivirían los dos sistemas. Es decir, un planteamiento en el que todos los envases para bebidas -ya sean de plástico, vídrio, cartón…- inferiores a 3 litros incluirían un depósito de 10 céntimos a devolver en el momento de retornarlos a los establecimientos. Los residuos que no entran en esta categoría se seguirían depositando en contenedores.

MAYOR IMPACTO AMBIENTAL

El estudio ambiental dirigido por el doctor Pere Fullana concluye que, en su conjunto, la introducción del SDDR comportaría un mayor impacto ambiental de la gestión de estos residuos respecto a la situación actual, lo que se refleja en un aumento, en mayor o menor medida, en 4 de los 6 indicadores estudiados en el informe. El incremento más claro se produce en los apartados Lluvia Ácida y Eutrofización (30,5% y 55,5% respectivamente), seguidos de Calentamiento Global y Agotamiento de la Capa de Ozono (25,0% y 15,2%).

Al analizar el impacto del SDDR por etapas, el informe señala que la recogida manual de los envases en los establecimientos comerciales implicaría utilizar más máquinas, cajas y bolsas de plástico, además de aumentar las necesidades de transporte en camiones, con el consiguiente incremento de las emisiones de gases.

MÁS COMPLICACIÓN PARA LAS FAMILIAS

Finalmente, los autores aseguran que la implantación del nuevo sistema conllevaría mayores costes sociales a la sociedad catalana, como la dedicación de un 50% más de espacio en los hogares o de seis veces más de tiempo para la gestión de los envases sujetos al SDDR. El estudio sí admite que la incorporación del depósito obligatorio de envases (asumiendo un 90% de la tasa de retorno) podría aumentar en un 1% la tasa de reciclaje para el total de los residuos sólidos urbanos, pero sería a costa de incrementar el impacto ambiental, económico y social.

El estudio coordinado por la Cátedra Unesco de Ciclo de Vida y Cambio Climático ha requerido más de un año de investigación y ha contado con la participación de un comité de seguimiento integrado por más de 30 entidades y organizaciones representativas de las partes involucradas en la gestión de residuos.