Un Fórum sin himnos ni banderas. Esa es la filosofía que defienden los organizadores de la cita y que la Casa Real comparte. La Zarzuela confirmó ayer que la ceremonia inaugural que presidirá hoy el rey Juan Carlos no es un acto de Estado, sino el primero de una serie de actos privados con participación estatal, y, por tanto, no es preceptiva la interpretación del himno español. Fuentes de la Casa Real recordaron que el protocolo del acontecimiento fue refrendado hace más de seis meses por el Consejo de Administración del Fórum, en el que participaba entonces el Gobierno del PP, que conocía, por tanto, la decisión de no utilizar himnos ni banderas.

"Esta cuestión no nos ha preocupado nunca", declaró ayer Jordi Oliveras, director general del Fórum, que, al cabo de pocos minutos, confirmó que "efectivamente, la ceremonia no tendrá ni himnos ni banderas". Tampoco se han cursado invitaciones a jefes de Estado extranjeros. Sólo al cuerpo diplomático.

ACTO OFICIAL La inauguración comenzará a las 19.30 horas, con un acto en el que los Reyes destaparán una placa conmemorativa. Les acompañarán el príncipe Felipe, Letizia Ortiz, las infantas Elena y Cristina y sus respectivos maridos, Jaime de Marichalar e Iñaki Urdangarín. Entre otros, Koïchiro Matsuura, director general de la Unesco; Pasqual Maragall y José Luis Rodríguez Zapatero serán ponentes.

El discurso del Rey, estipulado en cuatro minutos, será el puente entre el acto más solemne y una actuación musical. Los pianistas Chano Domínguez y Lluís Vidal y la compositora Rosa Passos interpretarán una versión de El cant dels ocells , de Pau Casals. Por otro lado, el expresidente José María Aznar ha rechazado la invitación de asistir al acto.

Al espectáculo, que dura 20 minutos, están invitadas 3.500 personas que deberán seguir unas estrictas medidas de seguridad. Hansel Cereza, uno de los codirectores del acto, explicó que la obra habla de la lucha por el poder. "El conflicto se resuelve con la invitación al diálogo, que es tan necesario para alcanzar la paz entre diferentes culturas". Alfons Flores, el otro codirector, buscó una escenografía "enorme, impresionante y con magia". Para él, la lectura íntima de Mover el mundo es que la humanidad es capaz de hacer obras prodigiosas, pero también de destruirlas. "Se debe reflexionar".