Los rinocerontes negros cuentan con una primera línea de defensa para evitar a sus cazadores, la "alarma sonora" que producen los picabueyes piquirrojos que se posan en sus lomos y se alimentan de las garrapatas y heridas de estos mamíferos.

Un grupo de investigadores ha descubierto que los rinocerontes que portaban estos pájaros en sus lomos eran mucho mejores a la hora de detectar y evitar humanos que los que no los tenían, según un artículo publicado esta semana en la revista 'Current Biology'.

Aunque los esfuerzos de conservación han conseguido recuperar el número de rinocerontes negros, una especie en peligro de extinción, la caza furtiva sigue siendo una amenaza importante para ellos, informa un comunicado de esta revista.

Para el profesor de la Universidad de Victoria (Australia) Roan Plotz, "pese a que los rinocerontes negros tienen grandes cuernos y una piel gruesa, son tan ciegos como un murciélago", lo que les hace más vulnerables ante un cazador.

No ve un cazador a cinco metros

Si las condiciones son adecuadas, un cazador podría caminar a menos de cinco metros del rinoceronte, siempre que lo haga a favor del viento, añade Plotz.

Los picabueyes podrían compensar la mala vista del mamífero emitiendo un sonido al detectar a un humano en las proximidades. Para estudiar el papel que estos podrían desempeñar, Plotz y su equipo anotaron el número de estas aves que encontraron en dos grupos de rinocerontes a los que hicieron un seguimiento.

"Estimamos que entre un 40 y 50 por ciento de todos los posibles encuentros con rinocerontes negros se vieron frustrados por la presencia de picabueyes", argumenta este investigador.

Experimento con personas

Además, los autores de este trabajo realizaron un experimento de acercamiento humano a los rinocerontes con uno de los investigadores del equipo. Según lo observado, los rinocerontes que no tenían pájaros posados se dieron cuenta del acercamiento humano solo en un 23 % de las ocasiones.

Mientras, aquellos que sí "transportaban" estos pájaros en su lomo detectaron al investigador del experimento el cien por cien de las veces y a una distancia media de 61 metros, casi cuatro veces más que cuando los rinocerontes se movían sin la compañía de las aves.

De hecho, cuantos más pájaros llevaba el rinoceronte, mayor era la distancia a la que detectaba al humano. Por tanto, estos resultados sugieren que los picabueyes -o bufágidos- son los compañeros idóneos para que los rinocerontes negros evadan posibles encuentros con gente y para facilitar estrategias contra los depredadores.