El cardenal Walter Kasper, responsable del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, confirmó ayer que el Vaticano estudia reformular el papel del Papa. La redefinición consistiría en que los obispos puedan tener un papel más importante en el Gobierno central de la Iglesia.

Kasper ha hecho sus declaraciones al regresar de Moscú, donde había viajado en misión especial para endulzar las relaciones con las iglesias ortodoxas, molestas Roma porque tras la caída del muro de Berlín consideraron aquellas tierras como de misión. Según Kasper, los obstáculos para allanar las disputas son "emotivos, psicológicos e históricos".

Ese paso del Vaticano, querido por Juan Pablo II y considerado como revolucionario, obligará a interpretar de otra manera el dogma de la infalibilidad de los papas, proclamado en tiempos del Concilio Vaticano I, a finales del siglo XIX.