El Gobierno y el PP están cada vez más lejos del pacto de Estado de inmigración que ambos dicen propugnar. La secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, acusó a los dirigentes del principal partido de la oposición de "incendiar" con "mentiras" e "insultos" el debate sobre el nuevo reglamento de extranjería, mientras éstos lanzaban una larga lista de críticas apocalípticas y descalificaciones sin paliativos contra la regularización extraordinaria que incluye el documento.

Los máximos responsables del PP llevan más de dos semanas alertando sobre la supuesta "invasión" de sin papeles que se producirá al calor de un proceso de regularización "irresponsable". Ayer mismo, coincidiendo con la celebración del Consejo Superior de Inmigración, la secretaria de Política Social del PP, Ana Pastor, aseguró que los ayuntamientos y comunidades de su partido están detectando una "llegada masiva y organizada" a través de la frontera francesa, mientras los padrones "se hinchan como Asia".

Rumí les acusó de estar llevando a cabo "un ataque feroz e infundado" y de haberse "instalado en la falsedad" y "la mentira" porque ninguna de sus afirmaciones "se corresponde con la realidad". Rumí cree que el PP "decidió en San Millán de la Cogolla usar electoralmente" a los extranjeros y se "emplea a fondo".

La virulencia de los ataques del partido conservador contrasta con la soledad con que defiende sus posiciones. Los responsables de la autonomías gobernadas por el PP pidieron en la reunión del consejo que el Gobierno retire del reglamento la disposición transitoria que abre el proceso de regularización y ninguna otra Administración les apoyó.