A pesar de la férrea oposición de nacionalistas y comunistas, Rusia superó ayer el penúltimo obstáculo para la entrada en vigor del protocolo de Kioto tras su aprobación por la Duma, la Cámara baja. Ahora sólo debe ser ratificado por la Cámara alta y firmado por el presidente ruso, Vladimir Putin, quien ya ha defendido públicamente sus ventajas. Para su aplicación, el protocolo exige el respaldo de un mínimo de 55 países que produzcan el 44,2% de los gases que provocan el efecto invernadero y el aumento de la temperatura. Con la adhesión de Rusia, se supera el mínimo requerido para que entre en vigor. EEUU, que, al igual que Australia, se ha negado a apoyarlo, reiteró ayer su oposición.