María Fernández Pérez ha estado usando el teléfono de su hijo y a la vez presidente de Nuevas Generaciones del PP en Oviedo, David Mérida Fernández, para captar clientes para sus prostíbulos. Bajo el seudónimo de Ama Lara, la madame regentaba varios pisos donde las prostitutas eran obligadas a realizar prácticas sadomasoquistas, con precios de hasta 200 euros la sesión de azotes. El teléfono de Mérida, que ocupa su cargo desde el 2013, fue «asiduamente utilizado» para lanzar «numerosos mensajes de índole sexual», según fuentes policiales. A través de estos anuncios, Ama Lara buscaba «encargadas para un piso de relax». Concretamente, pedía que fueran «señoritas españolas de 30 o 45 años», que tuvieran «don de gentes, don de mando» y que fueran «elegantes y discretas». Las mujeres que estaban bajo el mando de Ama Lara, en su mayoría extranjeras y en situación de precariedad económica, eran obligadas a ejercer la prostitución las 24 horas del día y estaban siempre vigiladas. Vivían encerradas en una habitación, con poca luz natural. Fuentes policiales aseguran que «estaban en condiciones insalubres» y debían trabajar «de día y de noche». Fernández Pérez ya fue detenida en el año 2016 relacionada con la prostitución. La madre del dirigente del PP volvió a ser arrestada el año pasado. Ahora, se enfrenta a los cargos de tráfico ilegal de personas, prostitución, delito contra los derechos de los trabajadores y fraude fiscal.