El debate sobre la «masificación» turística se ha instalado en Euskadi. Los fortísimos incrementos en el número de visitantes registrados en los dos últimos años han provocado que muchos ciudadanos muestren su temor a que barrios enteros se conviertan en «parques temáticos» en poder de franquicias. Entre las principales quejas, la pérdida de identidad de las localidades turísticas y las dificultades de los residentes en estos municipios para aparcar o encontrar un piso de alquiler a precios razonables. La localidad vasca donde con más virulencia se ha desatado esta polémica es, con diferencia, San Sebastián. Uno de los problemas de más difícil solución es que la ciuddad, con apenas 200.000 habitantes, tiene un superficie muy pequeña, con lo que la sensación de «saturación» en verano se agiganta para algunos lugareños.

Peor solución tiene la falta de pisos de alquiler para uso residencial. El auge del alquiler turístico hace que sea frecuente que los dueños de la casa avisen que solo está disponible 9 meses al año, reservando el resto para los veraneantes. Un piso normal en el centro de la ciudad se ha alquilado este verano a 1.400 euros la semana.

La izquierda aberzale se ha desmarcado de las pintadas de «Tourist go home» (‘Turistas, idos a casa’) y «Tourism kills city» (‘El turismo mata la ciudad’) que aparecen a diario. Su máximo líder, Arnaldo Otegi, afirmó ayer que no están «contra el turismo», sino contra un modelo empresarial «salvaje».