La lucha contra el cambio climático movilizará 235.000 millones de euros la próxima década en España. La previsión la adelantó ayer el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que anunció que el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 está a punto de ser presentado por fin a la Comisión Europea. El proyecto, no obstante, ya va con retraso, ya que debería llegar a Bruselas, «lo más tardar», antes de acabar este mes de enero, dijo el comisario europeo de Acción por el Clima y Energía, Miguel Arias Cañete.

«España está lista para contribuir a crear una economía global, próspera, justa y ecológica», subrayó Sánchez durante la clausura del acto sobre Transición Ecológica y Desarrollo Sostenible Impulsando la ambición climática celebrado en Madrid. El presidente del Gobierno auguró que el «gran potencial» de las energías renovables «va a ser una realidad» a lo largo de la próxima década y sentenció que el Gobierno tiene una agenda «ambiciosa e integral» contra el cambio climático.

El jefe del Ejecutivo destacó las acciones en materia de cambio climático acometidas por el Gobierno socialista durante los siete meses que leva en el gobierno y defendió que esta apuesta se observa también en el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para el 2019, donde la I+D+i tiene un incremento del 5,1% respecto al 2018 y «todas» las partidas relacionadas con la materia experimentarán crecimiento.

TRANSICIÓN SOCIALMENTE JUSTA / «Se trata de medidas concretas, reales, contables y efectivas», dijo el presidente, que añadió que España trabaja en una agenda integral, con objetivos claros en toda la acción del Gobierno bajo la premisa de que la transición ecológica sea «socialmente justa» y no deje desprotegido «a nadie».

La referencia del dirigente del PSOE no es baladí: en la vecina Francia, el movimiento de los chalecos amarillos ha movilizado a las clases más populares contra el encarecimiento de los combustibles y ha puesto de manifiesto que el paso a las energías limpias no será sencillo.

Sánchez advirtió, asimismo, de que las afirmaciones negacionistas «cada vez son más comunes» en distintos ámbitos y ante estos «prejuicios» reivindicó la herencia de la «ilustración» por la que considera que «antes de cualquier ideología posible están la razón y la ciencia».

En ese marco agradeció la labor de los activistas y de los científicos «comprometidos» que han abierto el camino y han mantenido «la llama y la tensión» y han logrado que el cambio climático esté cada vez más presente en la agenda política.

«La realidad climática obligará a repensar el modelo energético, las transformaciones sociales o el modo de producir o consumir», reflexionó el presidente del Gobierno. También llevará a aprobar una legislación que no es «muy popular» porque exige una «adaptación incómoda en el corto plazo» como la transformación de la industria, el cambio de los hábitos automovilísticos, la necesidad de cambiar el perfil de las ciudades. Para ello, cree que la política tiene que hacer pedagogía y ha reclamado «comprensión» a los ciudadanos.

En el mismo foro, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, defendió que avanzar hacia un modelo de desarrollo más justo, estable y respetuoso con el planeta «no es una opción», ni un «lujo» sino una «necesidad» en el proceso contra el cambio climático.