El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha logrado que Artur Mas le reciba el próximo miércoles, 3 de septiembre, a las doce de la mañana, en el Palacio de la Generalitat. El nuevo líder de los socialistas se verá con el presidente catalán en plena vorágine pre-consulta, a pocos días de la Diada y en la fase previa a que Mas decida si acata el previsible veto al referendo que emita el Tribunal Constitucional o si, por el contrario, sucumbe a la presión de la calle y ERC y hace lo posible para poner las urnas el 9 de noviembre.

Sánchez se propuso tras su elección, a mediados de julio, iniciar una ronda de encuentros institucionales y, después de reunirse con Mariano Rajoy y Felipe VI, ha movido los hilos para que Mas sea el primer presidente autonómico que le reciba. El dirigente socialista no ha variado ni un ápice el rechazo que la anterior dirección socialista mantenía hacia la consulta, y por ello pretende aprovechar el encuentro para intentar convencer al president de que desobedecer el mandato de un tribunal no es el escenario que más le conviene a Cataluña.

Sánchez ha comunicado su cita al líder del PSC, Miquel Iceta (quien también se reunió recientemente con el jefe del Ejecutivo catalán), y ambos volverán a hablar telefónicamente antes de la reunión, según fuentes del partido catalán. Más allá de otros temas que puedan surgir, el líder socialista planteará en el encuentro, según sus colaboradores, que la única salida al conflicto soberanista pasa por ponerse cuanto antes a trabajar en una reforma de la Constitución que blinde las competencias autonómicas y reconozca los hechos diferenciales.

EL DEBATE GLOBAL De hecho, el PSOE emitió ayer un comunicado en el que ratificó que presentará en septiembre su propuesta al resto de grupos. Sánchez no se cansa de repetir desde que fue elegido que "Cataluña y la crisis territorial han convertido en urgente" la necesidad de reformar la Carta Magna "para plantear un modelo de convivencia territorial adaptado a la sociedad del siglo XXI". No obstante, los socialistas no quieren que el debate se centre exclusivamente en la cuestión autonómica.

El nuevo secretario de política federal del partido, Antonio Prada, insistió ayer en la necesidad de abrir un proceso constituyente para, además de que España evolucione de un Estado autonómico a una federal, "impedir por la vía de la garantía constitucional los recortes". De esta forma, los socialistas pretenden "blindar la sanidad pública, la prestación de los servicios sociales básicos y una educación de calidad en régimen de igualdad". Asimismo, proponen transformar el Senado en una "verdadera cámara de representación territorial".

Pradas subrayó que en el diálogo con el resto de los grupos los socialistas buscarán "un consenso básico" en relación a las materias a reformar antes de presentar su propuesta. De hecho, el número dos del PSOE, César Luena, ya ha dejado claro que no registrarán su propuesta y forzarán la apertura de la ponencia constitucional en el Congreso hasta que esta "tenga posibilidad de abrirse camino y de tener éxito".