La ministra de Sanidad en funciones, María Luisa Carcedo, avanzó ayer que su departamento trabaja en un «amplio abanico de medidas» orientadas a prevenir el consumo de alcohol entre menores. «Se trata de persuadir a nuestros jóvenes y no castigarlos, y de convencer a la sociedad de que no puede banalizarse una práctica con grandes consecuencias para la salud», manifestó Carcedo durante la inauguración de un congreso sobre adicciones.

En la legislatura anterior, las Cortes aprobaron un informe destinado a servir como base a una futura ley del alcohol, que incluía sanciones para los padres, pero no parece que sean las intenciones del Ministerio de Sanidad. Así, preguntada por si la futura norma incluirá medidas punitivas contra los adolescentes o sus progenitores, Carcedo respondió: «Depende de qué sea lo punitivo, todas las leyes llevan la parte sancionadora, pero el enfoque no puede ser ese».

ORIENTACIÓN

«Hay que tener capacidad de detección, inspección, pero lo más importante es que socialmente se asuma que no se puede vender alcohol a menores y, tanto padres como los adultos que interfieren en la vida de los niños, todo tiene que tener esa orientación de riesgo para los jóvenes», agregó.

Y es que, según la última encuesta estatal, de 2016, sobre el uso de drogas en enseñanzas secundarias, el alcohol es la sustancia psicoactiva de consumo más generalizada entre los estudiantes de entre 14 y 18 años.

Además, el 77 % de los menores afirmaba haber consumido alcohol alguna vez en su vida; el 76 % manifestó que lo había hecho alguna vez en el último año; y un 67 %, en el último mes, ha recordado la ministra, quien ha añadido que la edad de inicio en España es muy pronta, al situarse entre los 14 y 15 años.