Se han citado hoy en la plaza de San Pedro del Vaticano casi un millón de personas y cuatro modelos distintos de la única Iglesia católica, con ocasión de la ceremonia en la que el papa Francisco declarará santos a sus predecesores Juan XXIII y Juan Pablo II. El primero era Angelo Roncalli, hijo de campesinos, que convocó un concilio, que se llamaría Vaticano II (1963-1965), que fue la tentativa católica de más envergadura para dialogar con la modernidad surgida tras la II Guerra Mundial. El segundo fue Karol Wojtyla, que dedicó los 27 años de su pontificado a cambiar la historia y a viajar por el planeta dando al catolicismo una popularidad nunca vista pero que marginó la modernidad de aquel Concilio.

Además de los dos nuevos santos, estarán hoy en San Pedro también Benedicto XVI, el Papa jubilado tras su sorprendente e inesperada dimisión en 2013, y el papa Francisco, el actual Pontífice. El primero intentó conjugar, sin conseguirlo, la ortodoxia católica con la apertura del Vaticano II hacia las sociedades modernas y el segundo sigue desde su elección el camino de Juan XXIII de salir del Vaticano al encuentro de las "periferias humanas", como él mismo señala. "No es lo mismo el pecado que el pecador", solía decir Juan XXIII, con una frase que parece de Francisco.

"ORGÍA MEDIÁTICA"

Algunos califican de "orgía mediática" el espectacular acontecimiento de hoy, que ha hecho que desde hace días haya un millón de personas deambulando por Roma y celebrando, especialmente, la figura de Juan Pablo II, y en menor medida la del actual Papa. En cambio, Juan XXIII y Benedicto XVI quedan en la sombra. Así queda constancia en los fulares, banderas, camisetas y pancartas que como ríos van y vienen de San Pedro, evocando aquel Santo súbito, el eslógan que pedía su canonización inmediata, que se gritó en la plaza el día de los funerales de Karol Wojtyla (2005).

De Juan XXIII pidieron su canonización "por aclamación" los 3.000 obispos de todo el mundo, convocados a Roma para el concilio, pero el proceso fue frenado por su sucesor, Pablo VI, que encauzó el trámite en el carril de la burocracia habitual para este tipo de procedimientos. Han tenido que pasar 50 años antes de que Francisco, valiéndose de sus poderes, dispensara a Juan XXIII de hacer un segundo milagro para poder declararle santo, mientras que Juan Pablo II será canonizado tan solo nueve años después de su muerte. "Este proceso está yendo demasiado rápido", lamentó de forma sincera hace unos meses el cardenal belga Goodfried Danneels.

"FÁBRICA DE SANTOS"

Los historiadores explican que cada papa vive en un momento diferente de la historia, aunque la misma historia ilustra que la llamada "fábrica de los santos" de la iglesia católica funciona a su manera. Juan Pablo II, por ejemplo, creó más beatos (1.345) y santos (482) que todos los papas anteriores juntos. Durante el proceso de canonización de Wojtyla fueron escuchados 114 testigos y no todos aplaudieron el nombramiento de este domingo.

Varios movimientos católicos han aprobado en estos días un mensaje en el que afirman que Juan Pablo II "no aplicó las enseñanzas que nacieron en el Concilio". En el 2006, interrogado como testigo del proceso, Giovanni Franzoni, exabad de San Pablo Extramuros, denunció anomalías en el pontificado de Juan Pablo II, entre las que apuntó la represión y marginación de teólogos, la conducción oscura de las finanzas vaticanas, la no consideración de la ética sexual y del papel de la mujer en la iglesia, y la no aplicación del "gobierno colegial" del Papa con los obispos.

"En la orgía mediática y en las emociones de masa de estos días no es fácil comunicar la opinión disidente que se ha manifestado en la iglesia desde aquel primer día en que los movimientos fundamentalistas pretendieron el Santo Súbito para el papa Wojtyla", afirma Vittorio Bellavite, del movimiento progresista Somos Iglesia. "Habría sido más sabio dejar pasar algo más de tiempo", dijo el exabad Franzoni. Como apuntó en su testimonio el difunto cardenal Carlo María Martini, Juan Pablo II "era un hombre de Dios, pero no es necesario hacerle santo".