Quienes intentan aplacar la imparable rebelión de San Francisco son más y más poderosos cada día. El viernes, sólo unas horas después de que un segundo juez del Tribunal Superior de la ciudad californiana se negara a suspender los enlaces homosexuales que desde hace más de una semana se celebran en el ayuntamiento, el gobernador del estado, Arnold Schwarzenegger, instó al fiscal general de California a iniciar "inmediatamente acciones para obtener una resolución judicial definitiva que resuelva esta controversia".

En una contundente carta dirigida al fiscal Bill Lockyer, Schwarzenegger aseguró que los enlaces aprobados por el alcalde de San Francisco, Gavin Newsom, y que hasta ahora han unido en ceremonias civiles a más de 6.300 personas del mismo sexo, "van directamente en contra de la ley estatal y presentan un riesgo inminente para el orden civil".

SIN AUTORIDAD La oficina del fiscal confirmó que, en contacto con el equipo del gobernador, está estudiando las acciones, pero negó que haya un riesgo para la seguridad pública y recordó que Schwarzenegger no tiene autoridad sobre el fiscal, elegido independientemente. "El gobernador puede dirigir las patrullas policiales, puede dirigir Terminator 4 , pero no puede decirle al fiscal general lo que tiene que hacer", dijo una portavoz.

La guerra legal se presenta cruenta y compleja. El jueves la ciudad demandó al estado alegando que la ley que define matrimonio como unión de "un hombre y una mujer" --aprobada por los votantes californianos en el 2000-- viola la Constitución al discriminar a los homosexuales.

Esa discriminación también está en la base de la decisión tomada el viernes por el juez Ronald Evans Quidachay, que ante una demanda presentada por el grupo conservador Campaña por las Familias de California decidió permitir a la ciudad, al menos hasta mediados de marzo, seguir celebrando los enlaces.