Algunos de los episodios más violentos del Holocausto nazi parecen haber ocurrido en el más absoluto sigilo. Prácticamente nadie sobrevivió a los campos de exterminio de Belzec, Sobibor y Treblinka, los tres en territorio polaco. Los informes sobre estos fueron destruidos. Los campos, cerrados. Más allá de un par de estimaciones más o menos prudentes sobre el número de víctimas, nadie sabe con total certeza a cuántas personas se les arrebató la vida en esas instalaciones diseñadas para matar. Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista Science Advances, el biomatemático Lewi Stone estima que en tan solo tres meses 1,47 millones de judíos fueron aniquilados en los campos de concentración de la Polonia ocupada. Esto equivaldría a una media de 445.700 de muertes por mes. Unos 15.000 por día, todos los días.

Esta campaña de exterminio a gran escala, de las más difíciles de investigar por la falta de registros o supervivientes que pudieran relatar lo ocurrido, habría sido desvelada a través de los datos de los trenes que se utilizaron para estas deportaciones forzadas durante la Operación Reinhard (1942-1943). La eficiencia del sistema ferroviario, además del diseño de los campos de concentracion, podría haber sido clave en el exterminio. Estudios anteriores estimaron que en esta campaña del Holocausto se realizaron unas 480 deportaciones desde 393 ciudades y guetos polacos hacia Belzec, Sobibor y Treblinka. Ahora, un nuevo análisis de estos mismos datos demuestra que la gran mayoría de los asesinatos ocurrió en tan solo tres meses. Stone calcula que en 105 días, entre agosto, septiembre y octubre de 1942, dieron lugar al 25% de las muertes ocurridas durante todo el Holocausto.

El investigador argumenta que el pulso de la muerte de los nazis habría sido subestimado hasta ahora. «Nuestros análisis arrojan nueva luz sobre este periodo del Holocausto y brindan una imagen más clara y detallada de la dinámica y las tasas de los principales eventos que se desarrollaron durante la Operación Reinhard», argumenta Stone en su artículo.

Esta estrategia de aniquilación ideada por los nazis se desarrolló con total sigilo. Todo empezó en marzo de 1942, con la apertura del campo de concentración de Belzec y el inicio de la construcción de los campos de Sobibor y Treblinka. Los primeros trenes cargados de prisioneros, en su mayoría judíos que habitaban la Polonia ocupada, emprendieron un camino sin retorno hacia estos lugares de exterminio. El 19 de julio del mismo año, el oficial nazi Heinrich Himmler ordenó que para finales de año «todos los judíos, con contadas excepciones, debían ser exterminados».

Las deportaciones fueron aumentando a un ritmo estable hasta el 15 de agosto de 1942 cuando, según se recoge en los informes del oficial alemán Kurt Gerstein, el Führer también dio la orden de «acelerar todas las acciones». A partir de entonces, el número de trenes que llegaba a los campos de concentración fue aumentando de manera drástica durante aquellos meses de agosto, septiembre y octubre. Los datos apuntan a que en noviembre de 1943, tras 21 meses, ya no quedaban prácticamente presos a los que matar, con lo cual la Operación Reinhard quedaba cerrada con un total de 1,7 millones muertes a sus espaldas.