Michael Johnson empezó a fumar a los 13 años. Veintitrés después, en 1996, murió de un cáncer de pulmón. Ahora, un jurado de Pensacola (Florida) ha dictaminado que su viuda, Cynthia Johnson, tiene derecho a recibir de la tabacalera R. J. Reynolds 23.600 millones de dólares (17.500 millones de euros) por daños y perjuicios.

El caso es uno de los miles presentados en Florida desde que en el 2006 el Supremo estatal, tras desestimar una demanda colectiva, abrió la puerta a que se presentaran demandas individuales. Entonces admitió que las tabacaleras fueron negligentes y conspiraron para ocultar información sobre los riesgos de fumar. En anteriores casos individuales derivados de aquella demanda colectiva las apelaciones de las tabacaleras acabaron reduciendo las sanciones. El productor de Camel espera que ahora suceda lo mismo y recurrirá el veredicto, que "va mucho más allá del imperio de la razón y la justicia".