El crimen de Chiclana guarda similitudes con el ocurrido el pasado 4 de mayo en Mas de Barberans, un pueblo de 700 habitantes de la provincia de Tarragona. Los cuerpos de Melody Ll., de 15 años y Albert S., de 18, fueron encontrados sin vida en el garaje de la casa del chico, con sendos disparos de escopeta. Las primeras hipótesis apuntaban a un posible suicidio de la pareja: el chico disparó primero contra su novia, con su consentimiento y, después, se quitó la vida.

Más tarde, los indicios apuntaron a un homicidio. Gracias a los testimonios de amigos y familiares de la pareja, se supo que horas antes habían tenido una fuerte discusión en la calle. El chico, al parecer movido por los celos, cogió la escopeta de su padre y disparó contra su novia. Luego se quitó la vida.

La autopsia confirmó que el joven realizó los disparos. Los forenses no encontraron signos de pelea ni resistencia en ella.

A pesar de la última revelación, las familias de los novios decidieron realizar un funeral conjunto. Centenares de personas, entre ellas compañeros de estudios de los fallecidos, asistieron a la ceremonia para acompañar a las dos familias rotas de dolor.

El Instituto Catalán de la Mujer calificó este suceso como un nuevo caso de violencia doméstica. A raíz de este suceso, la entidad de la Generalitat de Cataluña decidió emprender una campaña de sensibilización, publicando en Cataluña esquelas en la prensa cada vez que se produzca una muerte de estas características.