El dispositivo de Salvamento Marítimo y Guardia Civil concluyó ayer sin resultados las labores de búsqueda de la veintena de desaparecidos en la patera que fue rescatada el pasado viernes, y a bordo de la cual iban ocho bebés que cayeron al agua. Aunque el rastreo continuará mañana con embarcaciones y helicópteros, las fuerzas de seguridad tienen pocas esperanzas de hallar los cuerpos de los inmigrantes subsaharianos desaparecidos, dado las malas condiciones del mar durante la travesia y las fuertes corrientes que existen en el mar de Alborán.

Pero en tierra, la vida continúa para los 29 supervivientes. Sus ropas resecas por el salitre y las escasas pertenencias que portaban con ellos en el viaje permanecían ayer amontonadas en un contenedor en el puerto pesquero junto a los barracones donde se les da la primera asistencia. Junto a los flotadores y las mantas que les ofreció Cruz Roja, se apreciaban las bolsas con alimentos para niños y productos de aseo infantiles o un cargador de móvil.

Los hombres y algunas de las mujeres continuaban ayer en dependencias policiales a la espera de que se abriera expediente de expulsión de España. Con ese documento en mano, el juez decidirá su envío a los centros de inmigrantes repartidos por todo el país en función de su disponibilidad. Todos ellos se encuentran en buen estado y solo requirieron una primera atención en puerto por hipotermia tras un largo viaje de más de 48 horas en alta mar.

Mas dura está siendo sin embargo el proceso de adaptación de las mujeres que sobrevivieron a la tragedia, ya que siete de ellas perdieron a sus bebés de menos de tres años. Fuentes de la Cruz Roja explicaron que a medida que se iban recuperando del estado de shock en el que se encontraban cuando fueron rescatadas, lo primero que hacían era preguntar por sus pequeños y se habían conseguido salvarse. Tanto la bebé de tres años superviviente como una de las mujeres embarazadas cuyo estado era más crítico y tuvieron que ser evacuadas en helicóptero desde el mar continúan en la UCI recuperándose.

El resto de mujeres recibieron ya el alta y fueron conducidas por Cruz Roja a otros centros de mujeres en otros puntos del país. Aún no han dado muchos datos de lo ocurrido y cómo pudieron desaparecer tanto los bebés como los adultos, pero el relato posiblemente no diferirá mucho de lo que han narrado otros inmigrantes que han pasado por el mismo trance: golpes de mar, enfermos o fallecidos que son arrojados al agua para no lastrar la embarcación.