"La desaparición de un individuo ya no afecta a la sociedad. En la ciudad todo sigue como si nadie muriese. Hoy se niega y se esconde la muerte", denuncia Marcos Gómez Sancho, experto en cuidados paliativos y autor del libro sobre todo lo que rodea al final que nos espera a todos los humanos.

El médico ha adelantado la edición de su texto, La pérdida de un ser querido, el duelo y el luto , por si sirve de ayuda para las víctimas del 11-M, y ha renunciado a sus derechos como muestra de solidaridad.

Tanatofobia

Gómez Sancho asegura que la "tanatofobia" llega al extremo de no tolerar que los dolientes se vistan de negro para expresar su tristeza. Incluso ha desaparecido la costumbre de comunicar por correo el fallecimiento de la persona a parientes y conocidos que viven lejos.

"El duelo por la muerte de alguna persona querida es algo natural. Sin embargo, ante una muerte violenta, a la que es difícil encontrar sentido, puede complicarse y ocasionar enfermedades", advierte Marcos Gómez Sancho, jefe de la unidad de cuidados paliativos del Hospital Doctor Negrín de Las Palmas de Gran Canaria.

Según este experto, la fase aguda de un duelo puede durar normalmente entre dos y seis meses, incluso hasta un año o más. Si persiste, se puede hablar de duelo patológico.

El duelo se considera como un síndrome debido a que los afectados pasan por síntomas que varían de una persona a otra. El proceso normal tiene varias fases que van desde un momento inicial de choque, cuando la persona siente pena y dolor --acompañados de aturdimiento, negación, vacío en el estómago, molestias en la garganta, hipersensibilidad al ruido--, pasando por los sentimiento de ira, miedo o culpabilidad, con signos como el insomnio, la tristeza, la debilidad o la anorexia. Finalmente, el individuo puede volver a reconducir su vida y recordar el pasado sin sufrimiento.

"¿Ha visto usted problemas físicos o psíquicos en los familiares que atraviesan un duelo?", preguntó en un estudio Gómez Sancho a 6.783 médicos de atención primaria de España. El 34% contestó que frecuentemente, un 41% que ocasionalmente y sólo un 3% dijo que nunca. El resto no contestó. "Estos resultados indican que es necesario el consuelo y que existe un campo importante de medicina preventiva dando soporte activo a los familiares, antes y después de la muerte", defiende.

Prólogo ministerial

"El libro puede resultarle útil a todo el mundo. Sobre todo a los pacientes que se encuentran en proceso de duelo y a los profesionales que tienen que ayudarles", advirtió la ministra de Sanidad en funciones, Ana Pastor. "No pude negarme a hacerle el prólogo. Lo hice en el coche oficial mientras iba de un hospital a otro a visitar heridos de los atentados", confesófinalmente Pastor.