Cuando el cáncer de próstata provoca síntomas, sus posibilidades de curación son escasas. "Avisa demasiado tarde", aseguran los urólogos, que insisten en la necesidad de que los hombres, a partir de los 50 años, se habitúen a una revisión bianual de la próstata, única forma de detectar a tiempo un incipiente cáncer.

"Los varones españoles son alérgicos al tacto rectal (implícito en la revisión) por puro tabú: es una exploración que no duele, no es desagradable, ni engorrosa --asegura el doctor Humberto Villavicencio, director del servicio de Urología de la Fundación Puigvert. En cambio, puede ir la vida en ella, porque es la única forma de calibrar el agrandamiento que sufre la próstata".

El cáncer de próstata es el tercer tipo de tumor maligno más extendido entre los hombres en España, tras el de pulmón y colon. Su aparición, vinculada con la hormona masculina testosterona, aumenta con la edad y está influida por la raza, la edad y el tipo de dieta: una alimentación en la que abunden las grasas animales supone un factor de riesgo de desarrollar este tumor.

Aunque se desconoce la razón, los varones de raza negra son los más afectados por este tipo de cáncer en todo el mundo, en especial los residentes en el continente americano. Les siguen los anglosajones blancos y, a gran distancia, los que viven en los países mediterráneos. Los hombres asiáticos que siguen la dieta local --no occidentalizada-- son los menos afectados.

NUTRE AL SEMEN La próstata es una glándula sexual de unos 40 gramos de peso en estado sano dentro de la cual se segrega una sustancia rica en proteínas de la que se nutren los espermatozoides que producen los testículos. "El líquido prostático determina la calidad del semen que se emite en la eyaculación y es fundamental para que el espermatozoide adquiera impulso para viajar hasta el óvulo --explica Villavicencio--. Le da la acidez adecuada y le permite que su trayectoria a través de la uretra se haga en buenas condiciones".

La bolsa prostática, no obstante, se va agrandando con la edad y da lugar a molestias, benignas, causadas por la obstrucción que supone ese mayor tamaño. Durante muchos años ("hasta 20, muchas veces"), no se diferencia el malestar de origen benigno del que puede estar provocando un proceso canceroso, añade el especialista.

La dificultad con que se orina determina el grado de obstrucción de la vejiga que está causando el agrandamiento de la próstata. Esa alteración, común a muchos hombres que han superado los 60 años, es muy incómoda pero, con gran frecuencia, benigna. "Cuando el síntoma tiene origen maligno, el cáncer de próstata tiene muy mal pronóstico", coinciden los urólogos.