El 96% de los profesores de primaria y secundaria que trabajan en España afirman que el clima con los alumnos es bueno y que se llevan bien con los chavales. Solo el 5% de los directores de centros escolares (tanto públicos como privados y concertados) admiten que existen comportamientos de intimidación o acaso escolar entre los estudiantes. El porcentaje es llamativamente más bajo que el de la media de los 36 países aglutinados en la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico) y que se sitúa en el 14%. De hecho, la proporción de directores que admiten casos semanales de bullying ha disminuido en más de seis puntos porcentuales desde 2013. Así lo afirma el último informe de la OCDE relativo a educación y que este año se centra en los docentes, una profesión en plena revisión en el caso de España. Para el estudio, se ha entrevistado a 4.000 docentes y 200 directores de centros educativos en cada país.

Una cosa es que maestros y alumnos se lleven bien y otra muy distinta es que las aulas sean un bálsamo de aceite. No. El 77% de los docentes frecuentemente tienen que «tranquilizar a los estudiantes que interrumpen». En ese apartado hay una gran diferencia entre los maestros veteranos -con más de cinco años de experiencia- y los que no más novatos. En el caso de los primeros, el 82% se sienten capaces de controlar conductas complicadas. En el caso de los segundos, el porcentaje se limita al 66%.

LAS REIVINDICACIONES

De cara a mejorar su actividad profesional, los profesores de los países de la OCDE tienen dos reivindicaciones. La primera es reducir el tamaño de las clases mediante la contratación de más personal. La segunda, mejorar sus salarios. Sin embargo, las reclamaciones económicas solo son una prioridad para menos de la mitad de los maestros españoles. Estos, lo que piden, es reducir el tamaño de las clases, recibir formación continua de alta calidad y poder apoyar a los estudiantes con necesidades educativas especiales.

En general, la mayoría de los maestros están «abiertos al cambio». De hecho, el 71% (frente al 78% de la media de la OCDE) aseguran que tanto ellos como sus colegas se apoyan mutuamente para implementar nuevas ideas en el aula. Frente al 56% de media de la OCDE, en España solo el 38% de los profesores afirman que en su formación como docentes se han incorporado las tecnologías de la información y comunicación para la enseñanza. Por contra, España es uno de los países donde más profesores hay realizando cursos en el extranjero como parte de su formación docente (29%). Mucho más elevado es el porcentaje de los profesores que asisten a cursos y seminarios presenciales para mejorar su currículo (72%).

LAS LAGUNAS

Los que se dedican a la enseñanza en los países englobados en la OCDE tienen, sin embargo, una laguna: la formación en el uso de las tecnologías de la información, seguida de la formación en los entornos multiculturales y multilingües y, por último, la enseñanza para estudiantes con necesidades educativas especiales. De estas tres áreas, los docentes de España expresan una mayor de necesidad de formación en la tercera. Casi el 20% de los docentes que trabajan en España lo hacen en aulas donde, al menos, el 10% de los alumnos tienen necesidades educativas especiales por discapacidad mental, física o emocional. Es un porcentaje inferior al de la media de la OCDE (27%). El 35% de los maestros han recibido formación para enseñar en clases con grupos de distintas capacidades como parte de su educación formal inicial (el promedio de la OCDE es del 62%).

La práctica totalidad de los directores argumenta que el hecho de que los profesores tengan un tutor es favorable. Es algo que tienen el 22% de los docentes en la media de la OCDE. En España, el porcentaje baja al 10%. En el caso de los directores, solo la mitad ha realizado un curso de administración escolar (el promedio de la OCDE es del 54%) y el 46% ha completado un programa de formación en liderazgo instructivo (promedio de la OCDE es del 54%).