La nave espacial israelí Beresheet se estrelló en la luna luego de una serie de fallas técnicas durante su descenso final, lo que acabó con las esperanzas de un aterrizaje controlado en la superficie lunar.

El equipo de soporte dijo que el vehículo no tripulado sufrió fallas periódicas en el motor y las comunicaciones durante los cerca de 21 minutos de la secuencia de aterrizaje. "Hemos llegado a la Luna, pero no como queríamos". Esta frase se escuchó en el puesto de control poco después de que la sonda Bersheet se estrelló. Mientras el empresario israelí Morris Kahn, que invirtió más de 35 millones de euros en la gesta, resumió todo de manera precisa: Hemos fracasado, pero lo hemos intentado".

Israel aspiraba a convertirse en el cuarto país en conseguirlo después de tres potencias como los EE UU, Rusia y China. Además, habría sido la primera misión de este tipo impulsada por una empresa privada en lograrlo.

LA MISIÓN ESPACIAL

Beresheet, que en hebreo remite a la frase bíblica En el principio, fue lanzada el 22 de febrero desde Cabo Cañaveral, Florida y tardó semanas en llegar a su destino. Viajó por el espacio durante siete semanas en una serie de órbitas en expansión alrededor de la Tierra antes de pasar a la influencia gravitatoria de la Luna la semana pasada.

La última maniobra la realizó el miércoles pasado en una órbita elíptica alrededor de la Luna, entre 15 y 17 kilómetros sobre la superficie en su punto más cercano. A partir de entonces la tensión subió por el tan esperado aterrizaje que se vio frustrado por una falla en el motor.

La misión Beresheet tuvo un costo de unos 89 millones de euros, en su mayoría aportados por filántropos judíos. Los dos principales inversores son el magnate estadounidense de los casinos Sheldon Adelson, que ha donado 14,5 millones de euros, y el mencionado Morris Kahn. La Agencia Espacial Israelí ha destinado al proyecto 1,8 millones de euros, la única aportación estatal.

La misión tenía como objetivo que Baresheet usará cámaras de alta resolución para tomar algunas fotos, incluida una selfie, y luego enviarlas a la Tierra. También iba a medir el campo magnético del lugar donde aterrizó, un área conocida como Mare Serenitatis y finalmente el módulo de aterrizaje también llevaba un reflector de la NASA para ayudar a los científicos a realizar mediciones precisas de la distancia entre la Tierra y la Luna, sin embargo, nada de esto se pudo realizar.

LA CAUSA DEL FRACASO

El plan original era que una vez que Beresheet estuviera en la Luna, prepararía un aterrizaje en el suelo firme y la clave de su éxito era un motor de fabricación británica, desarrollado por Nammo en Westcott, Buckinghamshire, sin embargo, este fue precisamente la causa del fracaso de la misión.

Rob Westcott, ingeniero de propulsión en Nammo, dijo previo al intento de alunizaje: "Nunca antes hemos usado un motor para este tipo de uso". Y su función era frenar a la nave espacial de 1,5 m de altura para reducir su velocidad mientras se acercaba al suelo y finalmente detenerse suavemente en una operación que tardaría unos 17 minutos.

Pero Opher Doron, gerente general de la división espacial de la compañía estatal Israel Aerospace Industries, una de las que gestionó el proyecto, confirmó que el motor principal de la sonda falló, tras lo cual la nave perdió el contacto con el centro de mando en Israel y descendía demasiado rápido, a 134 metros por segundo. "Definitivamente nos estrellamos contra la superficie de la Luna", lamentó.