El esperado encuentro se producirá hoy, sobre las once de la mañana (hora española), cuando la sonda Rosetta llegue por fin al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. Un complejo nombre para un cuerpo celeste relativamente pequeño (tiene unos cuatro kilómetros de diámetro), con el que la nave de la Agencia Espacial Europea (ESA, en las siglas en inglés) se encontrará tras recorrer 6.400 millones de kilómetros (unas 40 veces la distancia de la Tierra al Sol), en un viaje que ha durado una década y en el que el ingenio espacial fue hibernado durante dos años y medio para ahorrar energía.

"Nunca se había hecho algo así. Será la primera vez que una sonda orbitará alrededor de un cometa y lo acompañará durante su paso más próximo al Sol, y la primera vez que un módulo espacial aterrizará sobre uno de estos cuerpos celestes", explicó ayer Michael Kueppers, coordinador de las operaciones científicas de Rosetta. La sonda fue lanzada en marzo del 2004 con el objetivo de estudiar este cometa. Una misión con la que se pretende desvelar algunas de las incógnitas sobre la formación del sistema solar y la procedencia de las enormes masas de agua que forman los océanos terrestres.

EL ORIGEN DE LA VIDA Los cometas han sufrido muy pocas modificaciones desde su formación, hace 4.000 millones de años. Por eso su estudio es básico para los científicos, ya que son como cápsulas del tiempo en las que se muestra cómo era en su inicio el sistema solar y pueden aportar conocimiento sobre la formación de la vida en la Tierra. "Los cometas tienen mucha información sobre nuestros orígenes. Estudiaremos su conexión con la Tierra y con la formación del sistema solar. También nos ayudará a averiguar si el agua de los océanos procede de estos astros, y también parte de la materia orgánica de la Tierra, como el metano, el carbono, el hidrógeno y otras moléculas de estructura compleja", precisó Kueppers.

Ese afán por desentrañar los enigmas que rodean a los cometas llevó a los investigadores de la ESA a bautizar la sonda con el nombre de la piedra que ayudó a descifrar la escritura jeroglífica de los antiguos egipcios.