La empresa estadounidense SpaceX, de Elon Musk, lanzó el jueves por la noche su primer cohete reciclado, un hito en la apuesta de la compañía por reducir los costos de lanzamiento para que un día los humanos puedan realizar vuelos espaciales y colonizar Marte.

La nave, que envió al espacio un satélite de telecomunicaciones de la firma luxemburguesa SES, despegó de su plataforma del Centro Espacial Kennedy a las 18.27, hora local, con un cielo despejado. La fase principal del cohete Falcon 9, de 41 metros de altura, que se separó del resto de la misión 2 minutos y 41 segundos después, volvió a posarse suavemente sobre una plataforma flotante en el océano Atlántico 8 minutos y 32 segundos tras el lanzamiento.

El lanzador reciclado ya había servido para enviar, en abril del año pasado, la cápsula Dragon hacia la Estación Espacial Internacional (ISS) en una misión de aprovisionamiento en el marco de un contrato con la NASA.

CAMBIO «REVOLUCIONARIO» / «Esto será una enorme revolución en los vuelos espaciales», proclamó Elon Musk durante una retransmisión por internet desde el centro de control en Cabo Cañaveral, después del aterrizaje autónomo del Falcon 9. «Han pasado 15 años para llegar a este punto», agregó el empresario.

En diciembre del 2015, SpaceX consiguió hacer aterrizar por primera vez un cohete orbital después de su lanzamiento, una hazaña que ya ha repetido en ocho ocasiones. Con la reutilización de cohetes, SpaceX pretende ahora reducir los costes de las misiones alrededor de un 30%, según fuentes de la compañía.

La empresa ha indicado en alguna ocasión que el precio de lanzar un Falcon 9 es de unos 58 millones de euros, pero no ha precisado a cuánto asciende en el caso de un cohete reaprovechado. SpaceX trabaja en un vehículo espacial de pasajeros y dos clientes no identificados ya se han inscrito para un futuro viaje alrededor de la Luna. El objetivo a largo plazo, según Musk, son los viajes de ida y vuelta a Marte.