Tamanrasset es la primera ciudad argelina a la que los pasadores conducen a los inmigrantes una vez estos han sido integrados en guetos diferenciados por nacionalidades. "Argelia es más difícil que Marruecos porque sin papeles te arrestan y te castigan con dos semanas de prisión por viaje clandestino", explica un joven inmigrante que llegó a esta ciudad en un coche de tuaregs. La comunidad tuareg, que se extiende en la actualidad por diferentes países del Sahel y se sabe que trafica con personas desde que se abrieron las primeras rutas de inmigración clandestina en los años 90. Desde Tamanrasset, los subsaharianos son conducidos a los campamentos de Magnia, la última ciudad argelina antes de entrar en Marruecos. Aquí ahorran dinero gracias a las esporádicas ocupaciones en las que recuerdan sus oficios como mecánico, albañil o soldador (siempre en condiciones precarias), e intentan pasar desapercibidos para evitar una intervención de las autoridades locales.