Optimistas, unidos y convencidos de que la huelga tendrá sus frutos, los taxistas barceloneses seguían este sábado concentrados en la Gran Via, cortada entre Entença y Bailén por la protesta. Y allí seguirán de huelga, dicen, hasta que se les garantice que la proporción de licencias otorgadas será de una de alquiler de vehículos con conductor (VTC), que son las que usan empresas como Uber o Cabify, por cada 30 de taxi.

"Estamos esperando una movimiento de Fomento", afirma Alberto 'Tito' Álvarez, líder de Élite, el grupo mayoritario del sector. El gesto es muy concreto: los taxistas quieren que del consejo de ministros del próximo viernes salga aprobado un decreto ley que blinde la regulación de la proporción de taxis y VTC. Se requieren, precisa Álvarez, la modificación del artículo 182.2 del reglamento de ordenación de transportes terrestres y del artículo 91 de la ley de ordenación de los transportes terrestres. Si se obtuviera garantía de que ese decreto ley verá la luz, se abriría una ventana a que la huelga indefinida se detenga. Si no, la voluntad de los conductores es llevar sus reclamaciones hasta el final. Álvarez ha cifrado en 4.000 los taxis que se han sumado a la movilización.

Horas después, el Ministerio de Fomento ha anunciado su intención de convocar durante la semana que viene a las asociaciones del taxi y a las de los VTC a sendas reuniones para abordar la crisis. En un comunicado, el ministerio ha llamado a los taxistas "a la calma" y les ha pedido "una vuelta a la normalidad como paso previo hacia una solución conjunta con todas las administraciones afectadas". Una convocatoria que por sí misma no desactiva la protesta.

HUELGA DE HAMBRE

Este sábado, en una populosa y rápida asamblea, los taxistas han apoyado por aclamación seguir con el paro indefinido. Álvarez los arengaba elogiando la movilización: "Cada vez somos más", ha subrayado antes de proclamar: "De aquí no nos movemos". Ha advertido de que entre los taxistas se está debatiendo la posibilidad de empezar una huelga de hambre.

El ministerio convoca a dos reuniones la semana que viene a las asociaciones de taxistas y VTC

Antes de la asamblea, en la que ha pedido un aplauso para la alcaldesa, Ada Colau, Álvarez afirmaba: "Solo lamentamos lo que pasa por la ciudadanía y por Colau y la AMB". "Todos sabemos los comentarios que se están haciendo contra los taxistas. Pero también sabemos que los trabajadores están con nosotros". El rechazo que los barceloneses puedan tener contra la huelga no es algo que importe poco a los taxistas, a tenor de cómo lo comentan. Aunque han sido casos aislados, se han escuchado en las últimas horas quejas de transeúntes contra los conductores, que admiten que imágenes como la del coche de Cabify atacado el miércoles perjudican considerablemente su imagen.

UNA NOCHE TRANQUILA

Muchos taxistas han pasado la noche en la Gran Via, otros han ido haciendo relevos. Esther es una de las que ha pernoctado en la calle, aunque más que dormir ha estado hablando con uno y con otro. La acompaña su perra ‘Lola’, pequeña pero ladradora. Esther lleva de taxista desde el 2007, y antes, desde 1991, fue teleoperadora en una central. Es fácil ir encontrándose conocidos, relata, y lo demuestra. De pronto aparece Roberto: "¿Cuánto hace que no nos veíamos? Más de un año", dice él. El hombre empezó en el taxi en 1977. Otra ciudad, otra vida. En los años 90, rememora, la situación era distinta. “En un día, incluso con mucho menos turismo, ganabas 15.000 pesetas”. Esther y Roberto no coinciden mucho porque ella es más de la Terminal 2 y él, del puente aéreo.

"Antes parabas para comer, para desayunar. Ahora como pares la has cagado. Estamos comiendo de fiambrera. Muchos días, después de 14 horas, vuelvo a casa con 100 euros, si llega", explica la mujer. Roberto hace un cálculo rápido y deduce que las ganancias vienen a ser la mitad que en esos años pretéritos a los que aludía. Y repite varias veces: "Vamos para atrás". Una idea similar a la que Tito Álvarez plantea: "La situación es extrema. Lo que ingresamos nos llega para pagar los gastos".

LA RESPUESTA MUNICIPAL

Una de las preguntas más obvias en esta situación es cómo y hasta cuándo podrá resistir Barcelona tener cerrada una de sus vías principales, que afecta de lleno a la entrada y la salida de la ciudad. Preguntado por este diario sobre si se ha marcado una fecha límite en la que actuar al respecto, si la huelga indefinida se mantiene, el ayuntamiento se ciñe a las declaraciones que hizo Colau el viernes, cuando pidió "calma y cabeza fría" a los taxistas pero que no logró persuadirlos de que desistieran del paro. Es decir, que no hay respuesta concreta ni límite contemplado que se pueda desvelar. Entretanto, en un comunicado, la patronal de Uber y Cabify ha instado al Gobierno central a "recuperar el control de las calles".