Richard Horton, editor jefe de la prestigiosa revista médica The Lancet, no ha podido hablar más claro: la reacción de los países ante el coronavirus es un "escándalo". Asegura que, viendo lo que pasaba en China, se perdió el tiempo en febrero y no se actuó para afrontar el covid-19 preparados. E insiste en que la situación actual "se podía haber previsto". Aunque Horton alude al caso del Reino Unido, el diagnóstico es extrapolable, visto lo ocurrido, al resto de países, empezando por Italia y España.

Horton se ha expresado así durante una entrevista en la BBC en la que analiza la crisis sanitaria que ha provocado el coronavirus. "Es un escándalo nacional. No deberíamos estar en esta situación", afirma. "Sabíamos lo que pasaba en China desde finales de enero y su mensaje era claro: estábamos ante un nuevo virus con potencial pandémico, con gente en las ucis muriendo y la mortalidad al alza", recuerda.

Y pone el dedo en la llaga: "Hace 11 semanas de eso. Malgastamos el mes de febrero, en el que nos podríamos haber preparado, equipando a nuestro personal médico con las medidas de protección correctas, dotándonos de test de detección, y no lo hicimos", denuncia Horton.

La "hipocresía" del aplauso a los sanitarios

Y denuncia la "hipocresía" de aplaudir cada día al personal sanitaria cuando los gobiernos no les han dotado de los recursos necesarios.

"Podrían haber aprovechado febrero para ampliar las capacidades de pruebas, garantizar la distribución de material de protección, o establecer pautas para proteger al personal sanitario, y no tomaron ninguna de esas medidas", ha explicado, aludiendo al caso británico.

"El resultado ha sido el caos y el pánico. Los pacientes van a morir innecesariamente. El personal del servicio sanitario británico va a morir innecesariamente. Es, de hecho un escándalo nacional, cuya gravedad todavía no alcanzamos a comprender", sostiene Horton.

Contra la reacción de Johnson

Horton critica especialmente la respuesta del Gobierno de Boris Johnson, caracterizada por comenzar como una estrategia de mitigación por contacto diferente al del resto de países que se demostró como ineficaz antes de recurrir a las más tradicionales medidas de cuarentena y distanciamiento.

"La estrategia de contención y mitigación fracasó, en parte, porque los ministros no siguieron el consejo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de hacer pruebas a cada caso sospechoso", ha lamentado. "Ni hubo aislamiento ni hubo cuarentena. Se ignoraron principios básicos de salud pública y control de enfermedades contagiosas por razones que todavía permanecen opacas", ha añadido.

Horten sostiene que el "nuevo plan" de Johnson "se ha concretado demasiado tarde y ha dejado a nuestros médicos totalmente al descubierto ante el aumento de pacientes".