La revista TIEMPO desvela esta semana que Lluís Companys, expresidente de la Generalitat de Cataluña y símbolo del nacionalismo, tuvo una hija fuera del matrimonio y que ahora, a sus 86 años, quiere pelear en los tribunales para poder llevar el apellido de su padre.

Montserrat Capdevila nació el 10 de marzo de 1930 fruto de una relación extramatrimonial entre Companys y María Antonia Bernardó, una mujer de 36 años de la localidad de Manresa (Barcelona). Según los documentos que publica en exclusiva el semanario, el fundador de Esquerra Republicana de Cataluña entregó 100.000 pesetas de la época a Bernardó para que se hiciera cargo de la recién nacida.

La relación sentimental entre Companys y María Antonia Bernardó fue intermitente, ya que el político catalán ingresó en prisión en varias ocasiones. A veces pasaba una semana entre encuentro y encuentro, en otras el tiempo se espaciaba. Los dos se reunían en uno de los llamados “domicilios de amistad” que proliferaban en Barcelona para este tipo de encuentros furtivos. El resultado de todo ello fue el nacimiento de Montserrat.

Estas y otras revelaciones se recogen en el libro de próxima aparición La hija secreta de Lluís Companys, del periodista Julián Fernández Cruz, y al que ha tenido acceso la revista TIEMPO. En él se incluyen documentos que Montserrat descubrió hace un año en una caja que María Antonia le dejó como herencia a su nieta, Lidia Jiménez, y donde guardaba todas las cartas y recuerdos que tuvo con Companys.

Tras abrir la caja, Montserrat y su hija fueron a un notario para que diera fe de los documentos que habían encontrado y ahora pretenden presentar una demanda de paternidad en los tribunales con la ayuda del abogado Josep Cruanyes.

“Quiero que la gente sepa la verdad de esta historia. No pido nada, solamente que mi madre y yo seamos reconocidas y podamos ambas portar el apellido que nos corresponde, Companys”, señala Lidia Jiménez a la revista TIEMPO.