El individuo lleva una de las mejores mascarillas de protección. Una FFP 2 como mínimo. También lleva guantes de látex, un tesoro actualmente casi más preciado que los tapabocas. Su blindaje contra el coronavirus es mayor que el que han tenido algunos médicos durante las semanas más críticas de la pandemia. Pero entonces, ni corto ni perezoso, el sujeto aprovecha que acaba de salir del metro para sacar el paquete de cigarrillos, bajarse la mascarilla arrastrándola con los dedos por la parte central, ajustarse las gafas frotándose el ojo y, finalmente, llevarse un pitillo a la boca. De nada ha servido el 'catenaccio' que había montado contra el covid-19.

Muchas de ellas se hacen de forma inconsciente, pero el caso es que hay un buen puñado de acciones aparentemente irrelevantes que pueden dar al traste con todos los mecanismos que apliquemos para combatir el coronavirus. Por las redes sociales corren ya muchos memes que apuntan directamentre contra quienes se ponen la mascarilla por debajo de la nariz. "Es como quienes se ponían el casco de la moto en la frente o en el codo", rezan algunos mensajes. "Hacerlo así es como ponerse los calzoncillos por debajo del pingajo", bromean los más picantes. Y, sobre todo, "no lavarse las manos" es uno de los mayores pecados que se pueden cometer por mucho que después se salga a la calle con escafandra.

Tocarlas lo mínimo

Las autoridades sanitarias no dejan de advertir de que hay que manipular estas piezas de protección manteniendo siempre las mayores medidas de higiene. También recuerdan que quienes se las quitan agarrando la parte central, la de tela, corren el riesgo de estar impregnando las manos de virus o, al contrario, impregnando de virus la tela y la boca. De ahí que no dejen de aconsejar que se manoseen lo menos posible y de ahí que haya levantado cierto debate en un vídeo que corre por internet en el que un profesional sanitario explica cómo se tiene que poner la mascarilla. Los hay que agradecen las recomendaciones y los hay que no las tienen todas consigo porque no para de tocar la protección con la mano.

Las mascarillas higiénicas como las que se reparten en el transporte público son preferiblemente de un solo uso, aunque hay expertos que sostienen que se pueden utilizar en más de una ocasión si es por periodos de tiempo cortos. Quienes opten por ello, deben tener en cuenta que en caso de lavarlas deben hacerlo con agua y jabón o frotando con una solución alcohólica.

El tiempo y la retirada

Relacionado también con este tipo de mascarillas, otro de los errores que se suelen cometer es el de llevarlas durante todo el día, cuando las autoridades sanitarias advierten de que es aconsejable sustituirlas cuando han pasado más de cuatro horas, porque entonces las cualidades de protección disminuyen notablemente. Lo mismo ocurre cuando la prenda está mojada: debería retirarse y sustituirse por otra. Para descansar de ella nunca debe ponerse en la frente o en la barbilla, pues entonces es muy posible que la parte interna se acabe impregnando de partículas, y no solo del portador, sino de las que este podría haber recibido aleatoriamente de otras personas con las que haya interactuado.

A la hora de quitarlas, además, hay gente que lo hace sin haberse desprendido antes de los guantes de protección. Error! Lo primero que hay que hacer es quitárselos y lavarse las manos o frotárselas con gel hidroalcohólico. Después hay que retirarlas desde las gomas laterales, nunca desde la parte frontal. De esta manera se reducen los riesgos de contagio.