El director general de Tráfico (DGT), Pere Navarro, aseguró ayer que la extensión del límite de 30km/h en las calles de una sola dirección «es la mejor medida» para «calmar» el tráfico urbano y para reducir las muertes en las ciudades. «Hay más de 500 muertes en accidente de tráfico al año en nuestras ciudades, donde están pasando muchas cosas», dice Navarro, entusiasmado con la «revolución silenciosa» de la movilidad urbana que avanza a pasos agigantados en ciudades como Barcelona o Madrid con planes que, opina, «van en la buena dirección». Una semana lleva ya en vigor la ordenanza del ayuntamiento de Madrid por la que en el 85% de las calles se tiene que circular a un máximo de 30 kilómetros por hora en lugar de a 50km/h. «Es de sentido común aplastante, porque a 50 te sale un niño y…», enfatiza Navarro, que augura que la medida tendrá su reflejo en la disminución de la siniestralidad.

También cree que Barcelona ha dado un paso adelante con la limitación de vehículos para actividades económicas o la regulación del uso de patinetes u otros aparatos eléctricos de uso turístico, aunque lamenta que «el ruido político no deje ni explicarlo ni discutirlo tranquilamente». «Así va este país. Cuesta mucho hacer un debate sereno, tranquilo y racional», apostilla.

Con todo, Navarro dice que el cambio es «inmenso» y que tiene aún mucho recorrido porque en breve «se empezará a hablar de los desplazamientos a pie, que están subiendo escalones en la prioridad empujados por el envejecimiento de la población». «Hay más mayores de 65 años que menores de 16. Tenemos 8,5 millones de mayores que caminan, por prescripción médica o por salud. Son muchos y votan», ironiza el responsable de la DGT, convencido de que se abrirá un debate sobre el tiempo de duración de los semáforos para peatones.