La Dirección General de Tráfico (DGT) lo tiene claro: hay que primar la seguridad sobre la fluidez. Por eso, los controles de velocidad se duplicarán en agosto. Mientras, en julio la atención estará puesta en el alcohol. A lo largo de ese mes, los agentes controlarán al 5% de los conductores. Es decir, uno de cada 20. Ambos factores --alcohol y velocidad-- están casi siempre presentes en los accidentes.

Desde el próximo 12 de julio y hasta finales de mes, la Guardia Civil realizará 250.000 controles de alcoholemia en toda España, salvo País Vasco y Catalunya. Estos tendrán lugar, sobre todo, después de que el conductor cometa una infracción. En agosto se producirán otras 200.000 revisiones para comprobar si los conductores han bebido en exceso. El total de controles de alcoholemia de este verano superarán en un 20% a los que hubo el verano del año pasado. A pesar del aumento, Tráfico descarta que se produzcan más atascos ya que los controles se realizarán en lugares estratégicos para evitar embotellamientos.

Si julio será el mes del alcohol, agosto hará lo propio con la velocidad. Durante ese mes, serán inspeccionados, al menos, el 10% de los coches que realicen trayectos de largo recorrido. Es decir, 2,5 millones de vehículos. La cifra duplica a los controles registrados en el 2003.

941 MUERTOS El nuevo responsable de la DGT, Pere Navarro, explicó ayer los pormenores del plan de seguridad vial para julio y agosto, unos meses en los que se prevén 75 millones de desplazamiento. Navarro recordó las escalofriantes cifras del verano pasado --941 muertos; es decir, más de 15 diarios-- y las calificó de "insostenibles". El máximo responsable de Tráfico justificó la guerra al alcohol y la velocidad con datos contundentes. Por un lado, la estadística demuestra que el 37% de los conductores fallecidos en la carretera superan la tasa de alcohol permitida. Por otro, según esa misma estadística, la velocidad está presente en el 29% de los siniestros.

Los responsables de Tráfico también tienen claro que otro de los riesgos de cara al verano es el hecho de que muchos motoristas se saltan la obligación de llevar casco. Este, según Pere Navarro, tiene un uso "razonable" en las vías interurbanas. No ocurre lo mismo en las ciudades, a pesar de que no llevarlo multiplica por tres las posibilidades de fallecer.

Para evitar más muertes innecesarias, la DGT ha remitido una carta a los ayuntamientos con el objetivo de que las policías locales incrementen la vigilancia del uso del caso. Si los agentes observan a un motorista que no lo lleva, lo multarán.