El ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, explicó ayer que la reforma del divorcio no fijará un plazo para las resoluciones y calculó un mínimo de dos meses para resolver casos de mutuo acuerdo. "El plazo de 10 días es técnicamente posible pero improbable y para muy pocas parejas. Sólo se daría cuando se pongan en marcha los juicios rápidos y quienes acudan a ellos tengan las condiciones más favorables como ir de mutuo acuerdo, no tener patrimonio y no tener hijos".

López Aguilar, que salió al paso de la interpretación de la ley que ayer hicieron algunos medios, insistió en que la resolución en tan pocas semanas es un caso hipotético, ya que se debe contar también con la capacidad del juzgado, que funcione "como un reloj" y tenga un rendimiento adecuado. El cálculo más "realista y razonable" para resolver un divorcio de mutuo acuerdo --insistió el titular de Justicia-- es de tres meses o dos, como mínimo.

López Aguilar advirtió de que el Gobierno no puede prometer un plazo determinado porque la normativa no "impone" periodo alguno para resolver los divorcios, sino que el objetivo de la reforma es simplificar los trámites y ello hará que la duración del proceso se reduzca.

El titular de Justicia consideró que el hecho de no tener que alegar una causa para el divorcio, al igual que no se alegó motivo para el matrimonio, hará que se produzcan más casos de mutuo acuerdo. En la actualidad las solicitudes de divorcio por mutuo acuerdo apenas suponen el 5% o el 6% del total. A juicio del ministro, la necesidad de demostrar causas y, por tanto, de buscar un culpable, provocaba que los acuerdos fueran más difíciles de alcanzar y convertían en proceso de separación en un trámite de larga duración y de "mucho dolor".

Calculó que los divorcios litigiosos, que ahora duran seis años, quedarán reducidos a 6 meses y a 3 los que cuentan con el consenso de la pareja.