Cuando el domingo Daniela Vega aparezca en el escenario del Dolby Theater de Los Ángeles para entregar un Oscar, estará haciendo historia. La actriz chilena, protagonista de ‘Una mujer fantástica’, el trabajo de Sebastián Lelio que es una de las cinco películas nominadas en categoría de lengua extranjera y favorita en muchas quinielas, será la primera presentadora transgénero en los 90 años de la gala de premios de la Academia de Hollywood. Y dejará su marca el mismo año en que ya lo ha hecho Yance Ford, el cineasta negro que ha debutado en la dirección con el documental de Netflix ‘Strong Island’.

Ford es el primer director transgénero nominado, con serias posibilidades de convertirse también en el primer ganador pese a la fuerte competencia de títulos como ‘Caras y lugares’, la colaboración de JR y Agnès Varda (que también hace historia este año como la nominada de más edad) o ‘Last men in Aleppo’, el trabajo sobre los cascos blancos con el que un director y un productor de Siria han logrado la primera nominación del país.

Años de retraso

La presentación de Vega y la nominación de Ford representan un avance en la fiesta grande de Hollywood. Aunque en los dos últimos años la Academia ha dado en sus premios científicos y técnicos menciones a dos personas transgénero (Paige Warner el año pasado y Abigail Brady este), en las 90 ediciones de la gala televisada de los Oscar solo había hecho hueco en sus candidaturas hasta ahora a otras dos. Una fue la compositora Angela Morley, nominada en 1975 y 1978 por sus adaptaciones en las bandas sonoras de ‘El pequeño príncipe’ y ‘Cinderella. La historia de Cenicienta’. La otra fue, en el 2016, Anohni, que aspiró a la estatuilla por la canción ‘Manta Ray’ para el documental ‘Racing Extinction’.

En esa última ocasión, no obstante, el escenario de reconocimiento y representación era radicalmente distinto al de hoy. Anohni decidió no asistir a la ceremonia cuando los productores, alegando razones de tiempo, no contaron con ella para interpretar su canción. “Sé que no se me excluyó de la actuación directamente porque soy transgénero. No se me invitó a actuar porque soy relativamente desconocida en EEUU cantando una canción sobre ecocidio y eso puede que no venda espacio publicitario. Sé que no tengo el derecho automático [de actuar]. Pero si sigues el camino de migas, la verdad más profunda es imposible de ignorar”, escribió entonces en un ensayo, en el que habló de “un sistema de opresión social y oportunidades reducidas para gente trans que ha sido empleado por el capitalismo en EEUU para aplastar nuestros sueños y nuestro espíritu colectivo”.

Visibilidad y concienciación

Quizá es por esa opresión por la que un cineasta como Ford, en distintas entrevistas, ha abrazado el reconocimiento a su histórica nominación, que va más allá del aplauso a su película, un íntimo pero universal trabajo que habla de la factura personal y familiar por el asesinato de su hermano en 1992 a manos de un joven blanco pero también de los problemas sistémicos de racismo en el sistema de justicia penal en EEUU. “Somos una sociedad tan homófoba, tan tránsfoba, que estoy orgulloso de alzarme ahí”, decía en una entrevista con 'Screen International'. “Si que se informe de mí como primer director transgénero y primer director transgénero negro hace a un niño en algún sitio sentirse más cómodo con su cuerpo, en su propia piel, estoy entonces feliz de que abran [informaciones] con eso”.

Ford ha confesado a AP que aún se tiene que “acostumbrar a ser un tema de conversación público” pero confía en que la nominación pueda “ayudar a la gente a darse cuenta de que las personas transgénero no son una especie de extraterrestres que no has visto nunca”. Y en una conversación con ‘The New York Times’ ha recordado que “las personas transgénero en general y de color en particular son víctimas de violencia en tasas más altas que casi cualquier otro grupo” y por eso se declara “feliz” si su nominación “ayuda a la gente a pensar en transgénero en sus vidas, en sus comunidades, y tratarles como humanos e iguales que merecen protección”.

La chilena Vega, mientras, no ha conseguido la nominación como intérprete que sí lograron con personajes transgénero actores y actrices que no lo eran, desde John Lithgow en ‘El mundo según Garp’, Jaye Davidson en ‘Juego de lágrimas’ y Felicity Huffman en ‘Transamerica’ hasta los premiados Hillary Swank (‘Boys don’t cry’) y Jared Leto (‘Dallas Buyers Club’). Y pese a los titulares que está generando con la que será una histórica presentación, reconocía en declaraciones a ‘The Hollywood Reporter’ que no se siente “símbolo de nada”. “Aprecio verdaderamente que estoy recibiendo mucho amor del público, de todo el mundo, de los medios, pero respeto a la gente que es activista, comprometida con cambiar el mundo y tener un impacto desde un punto de vista legislativo en lo que se refiere a la comunidad LGTB. Pero yo misma siento que soy una actriz y ese es mi papel”.