El Tribunal Supremo ha condenado a 3 años de cárcel a una mujer que se apropió indebidamente de un millón y medio de euros pertenecientes a su tía enferma de 81 años, a la que hacía firmar cheques en blanco de venta de valores y órdenes bancarias.

La sentencia estima parcialmente el recurso de la acusada y rebaja a 3 años la pena impuesta en abril de 2016 por la Audiencia de Santander, cuyo fallo condenó a la mujer a 4 años de cárcel por un delito continuado de apropiación indebida, sin que se obtuviera mediante engaño, por lo que fue absuelta del delito de estafa.

El Supremo entiende que los hechos son constitutivos de un delito de apropiación indebida, pero no aprecia la continuidad delictiva, ya que entiende que se produjo "un acto de apoderamiento único", por lo que no aplica la pena en su mitad superior y rebaja un año la condena a la acusada.

NOTABLE PATRIMONIO

La anciana, soltera y sin familia directa, poseía un notable patrimonio en inmuebles, dinero en metálico y valores mobiliarios, por lo que el 24 de junio de 2010 estableció en su testamento la fortuna se repartiera a partes iguales entre sus ocho sobrinos.

Semanas después de la firma del testamento, la mujer ingresó en un hospital de Santander "con síntomas de debilidad y obnubilación". Su estado se fue agravando según pasaban los días, hasta el punto de ingresarla en la Unidad de Cuidados Intensivos, donde murió el 6 de agosto de 2010.

Durante el tiempo de hospitalización, una de sus sobrinas, María Paloma J. P., con poder de gestión de las operaciones bancarias de la anciana, se encargó de ir al banco a recoger cheques en blanco de órdenes bancarias y venta de valores para ejecutar diferentes operaciones y apoderarse de la fortuna patrimonial de su tía enferma.

De esta forma, María Paloma fue retirando diferentes cantidades de dinero de la cuenta de su tía y, el 26 de julio de 2010, se dirigió al banco a ordenar la venta de todos los valores de la anciana, por importe de 1.547.823,69 euros.

DENUNCIA DE LOS HERMANOS

De ese más de millón y medio de euros, María Paloma se quedó con 1.147.000 euros que desvió a una cuenta de su propiedad y el resto lo repartió en cuentas de tres de sus hermanos, quienes, al observar la cantidad de dinero en sus cuentas corrientes, instaron a su hermana a que devolviera el dinero y, ante la negativa de ésta, la denunciaron.

El tribunal confirma la indemnización fijada por la sentencia de la Audiencia de Santander, que consiste en la restitución íntegra de la cantidad indebidamente apropiada (1.470.000 euros) y una multa de 2.400 euros.